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martes, 2 de junio de 2009

CORRIENTES SOCIOLOGICAS DEL SIGLO XX

TEORÍAS BÁSICAS PARA EL ANÁLISIS HISTÓRICO SOCIOLÓGICO-ACTUAL
El estudio de la sociedad actual, igual que la sociedad de cualquier momento histórico, es tarea ardua, pues de lo que se trata es de entender la actuación humana, por encima de la individualidad, de entender sus acciones como un todo. La señal que caracteriza a la actualidad es la rapidez con que se están desarrollando los procesos, que se gestaron en acciones sociales anteriores, las cuales fueron conformando las ideas que hoy nutren el cuerpo social. Por eso, conocer cómo los seres humanos han intentado interpretar el funcionamiento de la sociedad para encontrar respuestas a sus propias necesidades de convivencia, es de considerable importancia, porque nos permite entender cómo se concibe en la actualidad el fenómeno social. Es este intento lo que da lugar al surgimiento de una disciplina de carácter científico, como es la Sociología, que estudia la organización social como fenómeno observable y descriptible. Veamos, a grandes rasgos, cuáles son esas corrientes, que impulsaron el pensamiento social de nuestro presente.
Comienzan a surgir, a mediados del siglo XIX y durante el XX, diversas teorías explicativas del fenómeno social. Es importante entender que estas teorías, si bien es cierto resultan innovadoras, recogen problemas, ya planteados por la filosofía y el pensamiento político y forman parte de las reflexiones que, desde la cultura occidental, se hacen para atender problemas propios de las sociedades, que integran esta cultura. Nosotros somos integrantes de la cultura occidental, desde la llegada del español a territorio americano. Por lo tanto, no podemos permanecer ajenos al desarrollo social occidental. Muchos estudiantes ignoran a qué nos referimos cuando hablamos de cultura occidental; por eso, antes de explicar las corrientes sociológicas, dediquemos un breve espacio para explicar esto.
La cultura occidental nace en la Grecia antigua. Se comienza a conformar con los ideales que caracterizaron al pueblo griego. La cultura griega aportó al mundo las bases del conocimiento científico, pilar fundamental de la cultura occidental. De su genio creador y preocupación por comprender el mundo que los rodeaba, crearon la filosofía, el arte de la comedia, la poesía, la historia; dieron grandes aportes a la matemática, física, escultura, arquitectura, religión y la educación, entre otros aportes.
Todo este genio creador, que en un principio se circunscribió a las comarcas griegas, comienza a extenderse por todo el orbe conocido hacia el año 334, cuando Alejandro El Grande, hijo de Filipo rey de Macedonia (Ciudad-Estado griega), inicia sus conquistas militares y políticas, llegando a dominar desde Persia hasta la India. Por toda esta vasta extensión territorial Grecia fue imponiendo su estilo de vida y manera de comprender el mundo.
Esta cultura griega continúa preponderante, a través de las conquistas romanas y el establecimiento del Imperio Romano. Roma sentó sus bases culturales sobre las de Grecia y la expandió con su imperio. Los elementos griegos se unen a los de Roma y dan lugar a lo que se ha llamado la cultura grecolatina. Estos valores fundamentales, además de la ciencia como fundamento de la existencia humana, se unieron con reflexiones posteriores y se expresan hoy en la aceptación de acciones sociales, políticas, económicas y hasta religiosas, vertidas en los fundamentos actuales: democracia, libre pensamiento, libre mercado, derechos humanos y cristiandad (católica y protestante).


POSITIVISMO
La primera de estas teorías, y la que da origen a la Sociología como ciencia, fue el Positivismo. Éste nace en un momento histórico en que las disciplinas científicas comienzan a entronizarse como ciencias de la verdad. Todos los procesos naturales eran sometidos a la observación y la experimentación. El cientificismo se extiende hasta la reflexión en torno a las actuaciones humanas. Desde el punto de vista político y económico, el ambiente europeo está marcado por los principios del Liberalismo.
Surge a finales del siglo XIX e inicios del XX, pero sus antecedentes se remontan al escepticismo del escocés David Hume (1711-1776), el racionalismo del alemán Inmanuel Kant (1724-1804) y al pragmatismo del francés Claude Saint-Simon (1760-1825). Esta corriente fue liderada por Auguste Comte (1798-1857) y John Stuart Mill (1806-1873)
Augusto Comte pensó que la sociedad era un fenómeno científico, que se podía estudiar como un todo y de su estudio surgirán principios generales a toda sociedad. Estos principios serán lo suficientemente válidos como para conformar en los seres humanos una acción social, que conduzca a la fraternidad y solidaridad entre ellos, pues formarán acciones y creencias comunes. A esta ciencia capaz de crear esa reforma llamó Sociología.
El Positivismo aportó a la búsqueda humana la comprensión de que el ser es capaz de encontrar respuestas lógicas al mundo físico que le rodea, así como a todo lo que atañe a sus acciones y se convirtió en un enemigo ideológico de los principios religiosos, fundamentalmente del Cristianismo, considerados ideas erradas, porque apartaban al ser humano de la realidad. El conocimiento verdadero es sólo el que se origina de la experiencia.
De esta manera, busca en la ciencia la única vía capaz de aportar el conocimiento y, a través de ella, se domina y comprende a la naturaleza y a la sociedad misma, ambas instancias partes del mundo real. Sólo lo visible puede verificarse, cuantificarse y transformarse. Por lo tanto, el conocimiento sólo se origina de la experiencia y a través de él es posible construir una sociedad, que provea a sus integrantes bienestar y progreso. Como los hechos son la realidad científica, esta doctrina hizo de la disciplina histórica uno de sus pilares fundamentales.
FUNCIONALISMO
El Funcionalismo, de origen inglés, es una corriente sociológica del siglo XX y se origina en estudios del campo antropológico. Tuvo gran influencia en los Estados Unidos. Sus principales exponentes fueron, en Europa, Bronislaw Malinowski (Polonia. 1874-1942), Radcliffe-Brown (Inglaterra. 1881-1955), Evans Pritchard (Inglaterra. 1902-1973); en Estados Unidos, Talcot Parson (1902-1979) y Robert Merton (1910-2003)
En esta corriente se sostiene que la cultura conforma un todo inseparable y tiene su origen en los hechos sociales; es decir, es un hecho social, lo que significa que la sociedad actúa como un organismo vivo, con una serie de funciones que se complementan entre sí, pero que forman un cuerpo, un todo armónico. Por lo tanto, es una ideología de carácter holístico. De esta manera, la sociedad es concebida como un organismo biológico, donde cada una de sus partes cumple una función y se le percibe como un sistema, donde cada de sus partes cumple un papel o rol bien determinado.
MARXISMO
Esta corriente surge con el alemán Carlos Marx (1818-1883) y el prusiano Federico Engels (1820-1895), como respuesta a los socialistas utópicos, quienes, según Carlos Marx, habían interpretado la realidad social, pero no poseían ninguna propuesta para transformarla. Sienta las bases de su análisis en el estudio de las organizaciones humanas y la manera cómo se han organizado para la sobrevivencia; por lo tanto, el eje central de estudio son las relaciones económicas, las relaciones que surgen producto de la manera cómo se organizan para la producción material.
Erróneamente se ha visto al Marxismo como una ideología que propugna la violencia, a causa de una mala interpretación del llamado que hacen Engels y Marx a la transformación social, a través de procesos revolucionarios como único medio posible para acabar con la dominación del sistema capitalista.
Rafael Pla León (2003) nos explica que generalmente se ha confundido Marxismo con Comunismo, pero la diferencia es distinguible en el hecho de que las relaciones que se le establecen comprenden la esfera de un movimiento real. Pero, el Marxismo es un fenómeno intelectual, una reflexión que surge a partir de una interpretación de la realidad. Como filosofía, intentó explicar la sociedad capitalista de su tiempo. En tal sentido, Pla nos enfatiza que: ”Es cierto que el Marxismo tendría una estrecha relación con el movimiento obrero, o con los partidos comunistas formados en su seno; pero, esto no es motivo para no saber distinguir que son cosas diferentes y que su identificación obedece a circunstancias muy concretas y específicas”.
La confusión se presenta porque tanto Marx como Engels fueron activistas del movimiento obrero, al punto de ser impulsadores de la creación del Movimiento Obrero Internacional, en la Primera Internacional Comunista. El Comunismo es la acción que se desprende de la práctica social comunitaria, sustentada en los estudios de Marx sobre la manera de organización comunitaria de sociedades en la génesis de la sociedad humana, a lo que llamó “Comunismo primitivo”, como prueba histórica de que los seres humanos pueden convivir de manera solidaria y en condiciones de igualdad social. Para estos autores, el gran conflicto de la humanidad fue el surgimiento de la desigualdad social, cuando la sociedad comienza a dividirse en clases. Surgen, entonces, clases sociales que dominan y clases sociales dominadas.
Estas clases sociales, según la teoría de Marx, en algún momento de su desarrollo histórico, entran en contradicciones y surgen, así, las luchas, unas para liberarse y otras para perpetuar la dominación.
ESTRUCTURALISMO
Es una corriente de pleno auge del siglo XX. Se desarrolla a partir de los años sesenta y vino a ser una respuesta al Marxismo y al Funcionalismo. Tiene su origen en los análisis lingüistas del belga Ferdinand de Saussure (1857-1913), el cual explicó el funcionamiento lingüístico, a través de la manera cómo se organizan los elementos de una lengua; es decir, desde la estructura gramatical, de eso que nosotros llamamos gramática.
Los estudios de Saussure inspiraron al antropólogo belga Lévi-Strauss (nacido en Bruselas en 1908). El estudio de la estructura de la lengua sirvió a Lévi-Strauss para explicar a la sociedad humana desde las estructuras sociales y no desde las acciones individuales; es decir, para este autor, la acción colectiva obedece a patrones sociales, a unidades que constituyen el todo, pero que deben ser desglosadas para su estudio. Estas unidades forman una red que es el tejido social. Todo hecho humano entraña una estructura y para comprenderla hay que entender el hecho y su cadena.
Bien, como podemos percibir, cada una de estas corrientes ha aportado un aspecto fundamental para el conocimiento de la sociedad humana, no sólo desde el punto de vista de su evolución, sino también para la comprensión de su funcionamiento y conformación. He aquí la importancia de este breve recorrido por estas corrientes del análisis sociológico.
TEORÍA KEYNESIANA
John Maynard Keynes fue un conocido economista británico, nacido en Cambridge, el año de 1883. Su teoría económica cuestionó y prácticamente echa por tierra, principios fundamentales de la teoría económica clásica. La teoría clásica económica sostenía que, de manera natural en las leyes del mercado y en algún momento de su despliegue, llega a igualarse la oferta y la demanda. A mayor demanda, la oferta baja sus precios en el mercado e incrementa el acceso al campo de trabajo y decrece el desempleo. El papel que debía cumplir el Estado era sólo de resguardo y apoyo al sector económico.
A partir de 1929, se desencadena una profunda crisis económica a nivel mundial, que puso en peligro la economía mundial, la cual se sustentaba en el “patrón oro”, originada por la caída de la bolsa de valores de Nueva York. Esta crisis originó un considerable contingente de desempleados y develó la vulnerabilidad de esta premisa sustentada por los economistas clásicos.
Keynes, al analizar esta crisis comprende, primero, la necesidad de sustentar la economía mundial en un patrón diferente al oro. Hasta entonces, la mayoría de los economistas y de los responsables de las políticas económicas habían aceptado los altibajos de los ciclos económicos como inevitables y fueron precisamente estas ideas lo que les impidió hacer frente a la depresión de los años 30. Sin embargo, Keynes, con una nueva teoría, analiza la causa de los ciclos económicos en los que se alternan períodos de elevado desempleo y elevada inflación, sugiriendo, además, a los gobiernos cómo podían controlar los peores excesos de los ciclos económicos.
Keynes expuso un doble argumento. En primer lugar, afirmó que en las economías de mercado es posible que el desempleo sea elevado y que se sub-utilice la capacidad. Además, afirmó que la política fiscal y monetaria puede influir en la producción y reducir así el desempleo y acortar las recesiones económicas.
Estas proposiciones provocaron grandes controversias; pero, después de la Segunda Guerra Mundial, la economía keynesiana acabó dominando la macroeconomía y la política económica de los gobiernos. Durante la década de los años sesenta del siglo XX, casi todos los análisis de la política macroeconómica se basaron en la visión keynesiana del mundo.
En la actualidad, pocos economistas creen que la política de los gobiernos puedan eliminar los ciclos económicos, como prometía la teoría de Keynes, ya que ni la economía ni la política han sido las mismas desde la publicación de su teoría.
NEOLIBERALISMO
El Neoliberalismo es una teoría hija de fines del siglo XX y vigente en la actualidad del siglo XXI. Con este vocablo se caracteriza a una serie de postulados económicos, filosóficos, sociales y políticos, que retoman fundamentos básicos del Liberalismo, surgido durante el siglo XVIII en Europa. Estos principios básicos son los de la libre empresa, la competencia del mercado, gobiernos, que amparen la dinámica de la producción capitalista y una ideología de carácter global que sostiene la necesidad y virtud de la economía de mercado capitalista.
El científico, de origen alemán y radicado en Costa Rica, Franz Hinkelanmert (2005. “El sujeto y la ley”), define el Neoliberalismo como “la sociedad del cálculo”. Para el colombiano Enrique Russel (2006. El discurso teórico del pensamiento neoliberal). El pensamiento neoliberal se sustenta en la idea y creación de una gran sociedad, cuyos principios fundamentales son la libertad económica, de los individuos y el mercado como principal institución económica y social. En tal sentido, el mercado se convierte en la única y exclusiva realidad en el Neoliberalismo.
Continúa señalando Dussel, que la condición para el mercado es la libre competencia, vivencia da en la libertad individual, la libertad de la propiedad privada y la libertad de los precios. Por eso, para Dussel, los grandes enemigos del Neoliberalismo son el nacionalismo y el Socialismo. Está basado en un “complejo desarrollo metodológico y teórico”, que relaciona la supuesta superioridad del mercado de la libertad individual y un supuesto orden espontáneo, que brota de la dinámica del mercado.
Para Dussel, el Neoliberalismo posee una misión de lo humano, violenta y agresiva y va en contra de “cualquier tipo de planificación, la justicia social, el nacionalismo constructivo y cualquier tipo de utopía, que no está fundada en el mercado y sus mecanismos”.
Corrientes sociológicas
Introducción:
A continuación se le relatará en forma resumida, según la Enciclopedia Santillana Publishing, cada uno de los temas:
-Empecemos con el iluminismo:
1. Doctrina religiosa que se basa en una iluminación mística interior inspirada por Dios. Rechaza la jerarquía y el uso de los sacramentos.
2. Secta de los iluminados o seguidores de esta doctrina. Sectas de carácter iluminista fueron los alumbrados en España de los siglos XVI y XVII, los quietistas y los cuáqueros.
-Positivismo:
1. Actitud de tener en cuenta y buscar lo práctico y útil.
2. En filosofía, teoría o conjunto de teorías que no admite otra realidad que los hechos ni otro tipo de investigación que no sean las relaciones existentes entre los hechos positivos, es decir, aquellos que pueden captarse directamente por los sentidos y ser verificados por la experiencia; fue formulada en el siglo XIX por Augusto Comte.
Fil. Soc. El positivismo, que tiene sus antecedentes en el empirísmo británico, fue una reacción contra la filosofía especulativa y romántica posterior a Kant. Exalta la ciencia verificable y utilitaria. Entre sus seguidores más destacados figuran John Stuart Mill y Herbert Spencer. Ejerció gran influencia en el pensamiento burgués liberal del siglo XIX. En el siglo XX nacen nuevas tendencias, la más influyente de las cuales es el neopositivismo.
-El Neopositivismo:
Corriente de pensamiento desarrollada por los filósofos de llamado Círculo de Viena en las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX. Su origen ha y que situarlo en el Tractatus lógico-philosophicus de Ludwing Wittgenstein, y sus características más importantes son el rechazo de todo tipo de metafísica y la utilización del análisis lógico como instrumento para conocer la realidad. Para los neopositivistas, un enunciado sólo es válido cuando es verificable. También se denomina positivismo lógico, empirísmo lógico y empirísmo científico. Otros autores importantes de esta corriente fueron Rudolph Carnap y Otto Neurath.
- Y finalizando así con el funcionalismo:
1. Doctrina sociológica que considera el sistema social como un todo en el que cada uno se sus elementos desempeña una función específica. Originada en la biología, donde se aplica a las funciones que cada órgano desempeña en un organismo, fue adoptada por los primeros estudiosos de la sociología, como Emile Durkheim, Vilfredo Pareto y Herbert Spencer.
Antecedentes: el iluminismo:
La Sociología, en tanto que ciencia estudia la estructura social, el desarrollo de las sociedades y las leyes que rigen este desarrollo, tiene sus antecedentes en las transformaciones sociales que operan en el mundo a partir del siglo XVI - que contribuyen al posterior desarrollo capitalista.
La Sociología surge como teoría social dentro del contexto del modo de producción capitalista, como expresión ideológica de la nueva clase triunfante: la burguesía. La sistematización y coherencia de los temas sociales sólo será posible dentro del clima intelectual generado por los avances de la ciencia moderna.
El primer planteamiento metodológico señala la interdependencia de los procesos lógicos de análisis y síntesis; el segundo, la primacía de la observación y la experiencia sobre la deducción forma. El último, admite que el universo puede ser entendido y explicado es su totalidad mediante la aplicación de las leyes de la ciencia empírica y de la matemática. Este último presupuesto se apoya en la idea de que todo lo existente está regido por leyes universales de cuyo estudio deberá encargarse la ciencia.
La época que se inicia con el siglo XVI es testigo de importantes acontecimientos: la imprenta, el descubrimiento de América, el reconocimiento de la existencia de otros pueblos y culturas, etc., etc. Cada descubrimiento científico, cada nuevo invento, plantea al mismo tiempo nuevas dudas y nuevas hipótesis, estimulando así el desarrollo del pensamiento científico. Como más tarde lo admitiría Adam Smith, “cuando en un período histórico como el que vivimos, comparamos nuestras conquistas intelectuales, nuestras opiniones, nuestras costumbres e instituciones, con las que prevalecen entre las tribus primitivas, nos planteamos forzosamente el problema de cuáles han sido los pasos que han llevado gradualmente desde los primeros esfuerzos de naturaleza primitiva aun estado de cosas tan maravillosamente artificial y complicado.”
Las revoluciones burguesas en Inglaterra (siglo XVII) y Francia (siglo XVIII ) permiten el ascenso de la burguesía al poder político. Y la consolidación de destruir paulatinamente las relaciones sociales de servidumbre en el campo, de al supresión del artesanado urbano y de instaurar nuevas instituciones sociales, más acordes con las necesidades de la época. Tales transformaciones requirieron de una nueva ideología encargada de someter a crítica las viejas instituciones, costumbres e ideas medievales, con el objeto de demostrar la irracionalidad de aquellas y el carácter no natural de la sociedad feudal en decadencia. Así pues, los iluministas se encargan de justificar y demandar la instauración de un nuevo orden social, de plantear la necesidad de la nueva ciencia y de la investigación científica.
Los iluministas reconocen la importancia de un método de investigación fundamentado en la crítica, de la demolición racional de los dogmas medievales, y la comprobación experimental de la verdad. Consideran al mundo como fuente y a la acción sensorial como método de conocimiento. El iluminismo es la doctrina religiosa que se basa en una iluminación mística interior inspirada por Dios. Rechaza el uso de sacramentos y la jerarquía.
Habiendo perdido la fe en los sistemas metafísicos cerrados y autosuficientes, también rechazan los axiomas y las derivaciones silogísticas formales, rescatando el papel del proceso lógico inductivo. Contra la influencia del racionalismo cartesiano Condillac aduce la necesidad del nuevo método que permita estudiar los fenómenos para conocer sus formas y conexiones; un método cuya lógica deberá ser la lógica de los hechos, y no lógica escolástica o el concepto puramente matemático.
Bajo la influencia del empirísmo se llega a exagerar de los sentidos y a reducir la conciencia a un reflejo pasivo de mundo.
La crítica de los iluministas también ser orienta a rebatir la concepción cristiana sobre el origen y destino del hombre. De manera que para éstos la sociedad no está regida en su desarrollo por leyes externas a la misma, admitiéndose por lo mismo que el hombre es autor de su propia existencia. La crítica contra la iglesia se torna crucial, son cuestionados los privilegios terrenales, es criticada la posición antagónica que durante mil años de Edad Media mantuvo aquella contra la ciencia y el método científico, toda vez que la fe limitaba las posibilidades de desarrollo del conocimiento objetivo.
Montesquieu admite que así como el hombre ejerce control sobre la naturaleza a través de la ciencia y de la técnica, también está en la posibilidad de conocer la sociedad y de ejercer una acción que la oriente hacia determinados derroteros. Deberá existir, dice, leyes que rijan el desarrollo social que la ciencia deberá descubrir, toda vez que la sociedad no es caótica sino que presenta ciertas regularidades.
El pensamiento iluminista es el precursor de la actual ciencia social y contribuyó al desarrollo de las más diversas corrientes de pensamiento. Tanto el positivismo de Comte, la sociología Weberiana, el estructural funcionalismo como la sociología marxista tienen en el iluminismo sus más remotos antecedentes.
Desde la “prehistoria” de la Sociología hasta hoy en día se ha caracterizada por los siguientes rasgos:
 estudia la totalidad de la vida social;
 se preocupa por el desarrollo del proceso histórico social para lograr entender la “situación actual”; y
 asume un carácter de ciencia positiva.
El positivismo
Las corrientes sociológicas reflejan en cierta forma los conflictos e inquietudes de diversas clases en cada época y los intereses políticos implícitos en los mismos. Así, diversos autores coinciden en señalar que el clima académico dominante en la primera mitad del siglo XIX es políticamente conservador y a su vez optimista respecto a los avances de las ciencias naturales y al papel de éstas en el desenvolvimiento social.
Para esta época principia a configurarse el pensamiento marxista y estas obras son desconocidas o rechazadas por las academias.
Para esa época Francia se considera a sí misma - a través de sus ideólogos- como el arquetipo de sociedad y Augusto Comte viene a constituirse en uno de los ideólogos.
Ya los iluministas habían promovido la idea de la existencia de una ley del desarrollo social y la aceptación de la hipótesis de que los hechos sociales deberán estar regidos por leyes análogas a las que rigen en la naturaleza. Otros pensadores franceses difundieron aquellas hipótesis más recientemente, influyendo en Comte.
Augusto Comte, filósofo francés, fue el creador del positivismo. El objetivo de su obra es promover una reforma de la sociedad mediante la creación de una ciencia nueva, la sociología, que estudie los fenómenos sociales hasta llegar a unas conclusiones científicas que tengan que ser admitidas por todos los hombres; y de una nueva religión de la humanidad, capaz de establecer vínculos de solidaridad entre los hombres al unirlos en unas creencias comunes. Sus obras más importantes son:
 Curso de filosofía positiva (1842),
 El catecismo positivista (1852), y
 El sistema de la política positivista (1854).
La sociología comprensiva:
Max Weber (1864-1920) es el principal exponente de la sociología comprensiva, corriente sociológica subjetiva que se desarrolla en los primeros años del siglo XX. Conviene considerar que se trata de una época caracterizada por la consolidación de las ideas sociales conservadoras y por una profunda inestabilidad política y rivalidades entre los países europeos. Todavía son recordados los hechos de la Comuna de París (1871), cuando por primera vez en la historia se intenta establecer en Francia una república socialista. Al mismo tiempo, los primeros años del siglo XX serán ricos en acontecimientos, tales como la Revolución Rusa, el movimiento revolucionario alemán y la pugna entre los estados europeos que necesariamente derivará la Primera Mundial.
Ideológicamente Weber es heredero de la escuela histórica alemana, la que identifica a la cultura como factor determinante y explicativo de los hechos sociales. Esta corriente se desarrolla en oposición al positivismo, al evolucionismo de Spencer y a la corriente marxista. La obra de Weber se caracteriza por construir una brillante expresión del pensamiento teórico social tradicional y conservador, lo que se confirmará a lo largo de sus planteamientos.

La acción social, afirma, constituye el elemento central en la sociedad pues en ella se sintetizan las relaciones sociales entre individuos y grupos sociales. La acción social es una conducta referida a la conducta de otros, tiene una orientación personal, un significado. Se apoya en un motivo y se orienta a un fin determinado por los valores. La conducta humana es conducta social porque el sujeto o sujetos de la acción enlazan en ella o le dan un sentido subjetivo orientado por la conducta ajena.
La Sociología pretende entender la acción social para de esta manera explicarle casualmente en su desarrollo y efectos. Entender la acción es interpretarla. Por lo que la sociología no puede estudias la acción desligándola de su finalidad, y de ahí su denominación de progresiva.
El funcionalismo:
La corriente funcionalista constituye una reacción contra la sociología marxista. Retoma las posiciones empiristas del siglo XIX y principia a sistematizarse en la década del 30, oponiendo los estudios de corto alcance a la utilización de los métodos históricos y comparativos, utilizados para estudiar el desarrollo social por el marxismo y las corrientes Weberiana respectivamente.
Las principales categorías de esta corriente son las siguientes: Interacción: la unidad básica de relación social es la interacción o acción recíproca entre dos sujetos, entre dos instituciones o entre una persona y una institución. La interacción normalmente tiende a suscitar ciertas reacciones favorables y a evitar las reacciones desfavorables del alter.
Sistema de valores.
Sistema social o estructura social.
Orden social.
Status (clases).
 Roles (papeles desempeñados por cada miembro de la sociedad)
En conclusión podemos decir que el funcionalismo es una doctrina sociológica que considera el sistema social como un todo en el que cada uno de sus elementos desempeña un rol específico. Fue adoptado por los primeros estudiosos de sociología, como Emile Durkheim, Talcot Parsons, Herbert Spencer. Su mayor auge se produjo es los Estados Unidos entre 1920 y 1960 gracias a los trabajos de Talcot Parsons y Robert Merton.
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Historia de la Sociología en Argentina
Por Lic. Laura Inés Etcharren
Nociones Preliminares
Para introducirnos en la historia de la sociología argentina, es preciso, antes, referirnos al concepto de la sociología y sus raíces.La sociología, forma parte de las ciencias sociales. Aunque no tiene un objeto de estudio claramente definido, producto de la variedad de temas que aborda y analiza, podría decirse que su principal interés, reside en el estudio sistemático de los grupos y las sociedades en las cuales las personas viven. Es decir, la sociología, intenta, por un lado, estudiar la construcción de los sujetos colectivos, al mismo tiempo que indaga en la creación, mantenimiento o cambios en las estructuras sociales. Además, explora como la interacción social, afecta el comportamiento individual y social.La American Sociological Asociation considera a la sociología como "el estudio de la vida social, el cambio social y las causas y consecuencias de la conducta humana (...) investiga la estructura de los grupos, organizaciones y sociedades y como las personas interactúan dentro de estos contextos El término "sociología" es un neologismo creado por Augusto Comte en su Curso de filosofía positiva. Es la combinación de socius (en latín ’socio’) y logos (en griego ’estudio’ o ’conocimiento’).Sin más, son muchos y variados, los conceptos o fenómenos estudiados por esta disciplina. Aunque también, casi todos mantienen una estrecha relación, que nos brinda la posibilidad de articular el conocimiento, para así poder analizar los procesos y hechos sociales.
Gino Germani y la Fundación de la Sociología como carrera en Argentina
En Argentina, la sociología como carrera, viene de la mano de Gino Germani, en el año 1957. A través de la fundación de la carrera y del Departamento de Sociología, junto a un importante proyecto editorial, que Germani, inicia en los años ’40 y se despliega hasta los ’60, es que se abre un importante campo cultural que nos sirve como parámetro de análisis para la reconstrucción de la historia cultural e intelectual de la sociología en Argentina.En una conferencia ofrecida en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, el Licenciado Juan Carlos Marín dijo: “La Sociología que se instaló a fines de la década del ’50, ha sido muy confundida y atacada por una especie de cientificismo cuantitativo, cuando en realidad la empresa que intentaban realizar, que realizaba en gran medida el primer destacamento, era una empresa consustanciada por desentrañar el orden cultural que había creado con esa capacidad de originalidad al fascismo y al nazismo, esta era una demanda sustantiva que corta transversalmente a la cultura en todo el mundo.” Después de 1955, la sociedad argentina, comienza a experimentar importantes cambios, que vienen dados por la situación del movimiento peronista. Recordemos que en ese mismo año, se puso en marcha la REVOLUCIÓN LIBERTADORA, bajo el gobierno dictatorial de Lonardi. La misma, tuvo objetivos claros y limitados, considerando como fundamental: liberar al país de la “segunda tiranía.” Bajo ese lema se inició, un intento de “desperonización” en los diferentes sectores de la sociedad. No obstante, y en contrapartida a aquellos intentos libertarios, surge la RESISTENCIA PERONISTA, cuyo objetivo principal fue, hasta 1973, el regreso de Perón al poder. Con esa meta, la resistencia se presentó como una respuesta defensiva a la represión y al hostigamiento de los trabajadores en el lugar de trabajo.A su vez, la resistencia, no solo luchaba por la defensa de las ventajas económicas obtenidas durante el gobierno de Perón, sino también, por la organización obrera, ya que los términos de justicia social y soberanía nacional constituían la retórica ideológica estatal, bajo dicho movimiento.En síntesis, la resistencia peronista marca un período clave en la historia de la clase trabajadora Argentina. Su estructura de sentimiento, contribuyó a establecer el tono de las relaciones sociales y políticas. La nostalgia de la clase obrera Argentina, como parte integrante de esa estructura de sentimiento, marca la añoranza de dicha clase por aquel peronismo que data del año ‘45. Y a pesar, de que la armonía social no era tal, durante el gobierno de Perón, los obreros sentían una contención por parte del gobierno así como también, en parte, una satisfacción de sus necesidades materiales, cuestiones que no experimentaron durante los regímenes militares.Frente a tal estado de la cuestión, entra en escena, el ya mencionado Gino Germani. Para él, la sociología mucho le debe al peronismo. Germani, se presenta en los escenarios argentinos, con el planteo de poseer las principales herramientas para explicar el movimiento peronista.Cargado de herramientas tales, como la economía, la demografía y la teoría de Talcott Parson (1902- 1979) , Germani aporta un análisis ciertamente científico, propio del estructural- funcionalismo . A partir de su análisis, da lugar a un campo asociado a la invención del peronismo: el campo de las ciencias sociales.Así, desde Gino Germani, la pregunta recae en el ¿Por qué del Peronismo? Y la respuesta se asienta en la conformación dual de la sociedad argentina. Es decir, el porcentaje de inmigrantes recibidos, ha llegado a ser, muchas veces, más importante que la sociedad que los recibía. Esto último, abre una brecha importante entre la vieja y la nueva clase obrera.Frente al agotamiento del modelo agro-exportador (1880-1930) se inicia el proceso de Industrialización por Sustitución de Importaciones, el cual requería una importante demanda de mano de obra, al mismo tiempo que movilizaba el fenómeno de las migraciones internas.Mientras la vieja clase obrera, era de origen inmigrante, politizada, con características urbanas, formada bajo la noción de autonomía y con una fuerte conciencia de clase; la nueva clase obrera, era un producto de las migraciones internas, que venían a cubrir la mano de obra faltante en las zonas urbanas y que por ende, debió ubicarse en el cordón de las grandes ciudades.Una nueva clase obrera, que se manejaba con anomia, en tanto sus valores paternalistas, su no institucionalización y su característica fundamental de poco acostumbramiento a la sindicalización, a la militancia política. Prácticamente, los nuevos migrantes son anómicos, y solo se convierten en masa de trabajadores por la ISI, sin poder ser, integrados políticamente.Por lo tanto, el análisis interpretativo de Germani, nos lleva a pensar en él, como un hombre que viene de una tradición y de una lucha antifascista, con un deseo hacia el Socialismo, como expresión de su crítica al Capitalismo.La concepción de Germani, no es inocente, todo lo contrario. El desafío de crear una carrera, como la de sociología, en Argentina, encierra toda una concepción estratégica, que encuentra sentido en la construcción de conocimiento, consiguiendo el apoyo del movimiento estudiantil, y dando inicio a una carrera, que comenzó su ciclo buscando dar respuesta a los procesos sociales que se venían dando en nuestro país, al igual que en el resto de América Latina.
Las bases del pensamiento de características sociológicas en América Latina
La sociología argentina se “inaugura” de la mano de pensadores tales como Sarmiento, Alberdi, Mitre, etc. Pensadores que comienzan a trabajar sus ideas, con parámetros europeos aunque también del positivismo empírico, aunque sin hacer referencia, a la sociología propiamente dicha.Muchos de ellos, por tener una impronta cultural e ideológica más avanzada, debido a su paso por Europa y Estados Unidos, se dedicaron al estudio de la Nación Argentina así como del resto de América Latina, acompañados de un bagaje cultural característico. Tanto es así que “Hubo cuatro grandes vertientes teóricas disponibles: la española, con su tradición igualitaria, el peso de la neoescolástica y la contemporánea influencia del liberalismo gaditano; la monárquico-constitucional inglés, construida a partir del Bill of Rights de febrero de 1689, la teoría política de John Locke y la experiencia parlamentaria; la francesa, especialmente con los componentes rousseaunianos de soberanía popular e igualdad y las preceptivas de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano; y la norteamericana, con su impronta federal y constitucionalista.” (Ansaldi; 1998)De esta manera, nos remontamos a los diversos libertadores latinoamericanos, y encontramos puntos en común, que son fundamentales para comprender más acabadamente el surgimiento de la sociología; como ser, la necesidad de encontrar caminos autónomos de interpretación de los procesos históricos y sociales así como de recuperar una visión propia del mundo, para dar respuestas a condiciones semejantes. Es decir, las distintas vertientes latinoamericanas pueden ser pensadas como proyectos contra-hegemónicos e innovadores, que buscaron plantear un nuevo proyecto, recuperando las categorías europeas, para después apropiarlas y reinterpretarlas ante la realidad de las sociedades latinoamericanas y por la vía sociológica, filosófica, política, antropológica, etc.
La Sociología Argentina en sus Pensadores
Antes de las primeras guerras por la independencia, el discurso de Rousseau así como otras cuestiones provenientes de la Europa moderna, hacen eco en algunos de los intelectuales de América Latina, que más tarde llegaran a otros sectores de la población, produciendo la posterior formación de la identidad latinoamericana. Este fenómeno fue interpretado de diferentes maneras: por un lado, como condición para salir de la barbarie, y así iniciar una nueva etapa, según la visión de Sarmiento y Alberdi; y por otro lado, fue visto como una amenaza a la verdadera identidad de "nuestra América", según la visión política de Martí.Sin embargo, quien inaugura la primera cátedra de sociología en la Facultad de Filosofía y Letras en Argentina es, Ernesto Quesada (1858-1934). Formado en Alemania, Quesada escribe un ensayo impecable, llamado “Dos Novelas Sociológicas.” Admirador de Bismarck, Quesada inaugura, la sociología académica en Argentina, defendiendo el status de la misma, como la síntesis de las demás ciencias sociales.Su orientación estuvo muy ligada al positivismo de Augusto Comte (1798-1857) y el evolucionismo spenceriano, y más tarde, fue un divulgador de la teoría relativista de Oswald Spengler, cuyos estudios introducirá en el país.Defensor, entonces, de las ideas del positivista Comte, Quesada escribió un libro sobre él, al que le sucedieron otra serie de artículos y ensayos. Preocupado por las relaciones entre Comte y Herbert Spencer (1820-1903), realiza un estudio minucioso y complejo, en donde, incorpora el pensamiento de Charles Darwin (1809-1882) para completar la divulgación de la teoría evolutiva. La formulación que hace de esta misma, es claramente explicada por Enrique Marí: “(...)la teoría de Darwin vino a quedar como parte integrante de la teoría general de la evolución en las líneas spencerianas, pues en tanto el primero se ocupa desde el punto de vista estricto de la ciencia, Spencer amplía el radio de la teoría y la concibe como solución general.”Para Quesada, Spencer, recoge un vacío, extendiendo la teoría evolutiva al terreno sociológico; haciendo servir al pasado y al presente de los fenómenos sociales como elementos de experimentación y comprobación. Tanto es así, que través de la obra de Spencer, la doctrina de Darwin pudo triunfar en el mundo filosófico, gracias a su inmediata aplicación a la sociología.En contra punto con Quesada, encontramos la figura de Carlos Octavio Bunge (1875-1918). Quien desarrolló una labor intelectual ciertamente destacada en Argentina, la cual llegó a extenderse a gran parte de Latinoamérica, también de la mano del positivismo. Una de sus principales obras, donde alberga un conocimiento sociológico esclarecedor, es “Nuestra América y Principios de psicología individual y social” (1903) Bunge, también intentó explicar desde el darwinismo el comportamiento de las sociedades latinoamericanas frente al proceso inminente de modernización, producto, entre otras cosas, del aluvión inmigratorio.Cultivó un biologismo aristocratizante bajo la elegante prosa de quien fue visto como un “literato a escondidas” y un “superhombre nietzschiano” por Quesada. La complejidad de su pensamiento, se debe a la gran cantidad de teorías de las cuales se nutrió, aunque principalmente se desliza el preciso factor de decantación de ideas situado en torno al organicismo social y el racialismo. “Bunge se valió de las ideas de Wheeler para armonizar la “Teoría de la evolución” con el organicismo social, participando así de una búsqueda que preanunciaba la emergencia de peligrosas legitimaciones biológicas para Estados corporativos, como también prolongaciones científicas de pretendida autonomía que llegan hasta los actuales planteos socio biológicos.” (Miranda- Vallejo; 2004) De esta manera el organicismo aparecía como un elemento eficaz para comprender los fenómenos sociales y una vez lograda esa meta descubrir el alma nacional.Pero Quesada y Bunge, no fueron los únicos argentinos interesados en el desarrollo de la sociología en Argentina, también encontramos dentro de nuestra historia, otros intelectuales abocados a la construcción y crítica de conocimiento. Algunos de ellos han sido: Agustín Álvarez (1857-1914) ; Juan Agustín García (1862-1923) ; Joaquín V. González (1863-1923) y Antonio Dellepiane (1864-1939) El segundo de ellos, es muy importante para pensar la construcción de la subjetividad de los hombres que conforman esta sociedad moderna, ya que para él, “el que realiza la obra es el pueblo” A través de criterios psicológicos, García se dedicó al estudio de los sentimientos y las creencias, que influyeron, de forma extrema, en las formas de actuar, pensar y sentir de los sujetos que constituyeron el pasado de la Argentina y que marcaron nuestro presente. Consideraba que los impulsos afectivos, al igual que los sentimientos y las creencias definían mejor el alma de los pueblos que las ideas. Así estudió algunos de ellos como la creencia en la grandeza futura, el pundonor criollo, el culto nacional del coraje, el sentimiento de desprecio de la ley, el deseo de enriquecerse rápido.Ahora bien, retomando la línea de pensamiento de Ernesto Quesada, columna vertebral de la sociología en Argentina, nos encontramos con que él mismo, con su gran impronta de investigador, por cierto también escéptica, buscó revertir aquella demonización liberal del período de Juan Manuel de Rosas, como producto de su formación germánica.Pasó por diversas temáticas, una de las fundamentales, la constituyó, la cuestión del idioma nacional; un tema de base indiscutido, al interior de los diversos pensadores/ intelectuales argentinos, ya que el lenguaje conforma, entre otras cosas, la forma en que el hombre, en cuanto ciudadano nativo, tiene de presentarse ante el mundo.Desde el prócer argentino, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), el lenguaje y el papel del gaucho en la sociedad se viene discutiendo. Incluso, muchos años después, el escritor argentino Jorge Luís Borges (1899-1986) toma cartas en el asunto, aportando una crítica más destructiva que constructiva, que pone en jaque el libro argentino por excelencia, Martín Fierro.Considerado como una de las personalidades sudamericanas más ilustres del siglo XIX, la presidencia de Sarmiento sirvió para asentar los cimientos de la construcción de la Argentina contemporánea. FACUNDO: civilización y barbarie es una de sus principales obras. En ella, elabora un apasionado ataque contra el régimen de Rosas al mismo tiempo que puede considerársele un ensayo sociológico novelado, que se ha convertido en un clásico de la literatura argentina e hispanoamericana en general y de la creación literaria del romanticismo. El Facundo no es un libro más, puesto que no solo abarca la filosofía, la pedagogía, la sociología, la política, etc. Facundo encierra la pasión de un hombre por su país, un hombre que alberga las ansias transformadoras de la sociedad en la que vive y mediante su libro las describe. Así en uno de los pasajes de Facundo, Sarmiento dirá: "en Facundo Quiroga no veo un caudillo simplemente, sino una manifestación de la vida argentina tal como la han hecho la colonización y las peculiaridades del terreno.”Civilización y Barbarie son la mirada sarmientina de la realidad argentina. Una ciudad en la cual, la modernidad y todo lo que ella implica, se hacen presente, frente a la “lejanía” del campo. Un campo, que aparece, desde Sarmiento, como el reflejo de la anarquía, de la barbarie. De ahí, la idea de que en la Argentina, La Civilización y La Barbarie conformaron dos estilos de vida. También desde Facundo, el educador dejará en claro una de las máximas de nuestra Nación: “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión (el territorio)” Tanto es así que si se cambiase el territorio se podría trocar la sociedad, para convertirla en el tipo de sociedad que queremos.Con una mirada un tanto autárquica, al mismo tiempo que discriminatoria, Sarmiento comienza a dar aquellos pasos sociológicos hacia la interpretación de los males que aquejaban a la sociedad argentina.Sarmiento, consideraba que el gaucho no podía participar de la civilización. Para él, el problema se encuentra en la sangre del argentino. Mientras que al comenzar el período de construcción del Estado Liberal Argentino y con él la ola migratoria, el problema radicaría, desde el positivismo, en el otro, es decir, en el inmigrante.Con una concepción euro centrista muy marcada, el educador, se refiere a las razas y nos dice: “Las diferencias de volumen del cerebro que existen entre los individuos de una misma raza, son tanto más grandes en cuanto más elevadas están en la escala de la civilización. Bajo el punto de vista intelectual, los salvajes son más o menos estúpidos, mientras que los civilizados se componen de estólitos semejantes a los salvajes, de gentes de espíritu mediocre, de hombres inteligentes y de hombres superiores.” (Sarmiento; 48) Es decir, para Sarmiento, el gaucho lucha contra la naturaleza, pero es parte de la misma; mientras que el hombre civilizado, si bien, también, lucha contra la naturaleza, forma parte de un proceso histórico.Sobre la base de lo expuesto, el debate entre Sarmiento y Juan Bautista Alberdi (1810-1884), será de gran ayuda para observar dos miradas hacía un mismo fenómeno. Para Alberdi, la idea de dos civilizaciones no es errónea, lo que sí considera equívoco, es el lugar que Sarmiento le asigna. O sea, para Alberdi, colocar la civilización en las ciudades y la barbarie en el campo es un error, no solo de historia sino también de observación. Además de representar signos de anarquía y de “antipatías ratifícales” entre dos espacios que se necesitan y complementan mutuamente.Para Alberdi, el gaucho no implica lo mismo que para Sarmiento. Alberdi ve en el campo el baluarte de la independencia y en el gaucho su primer soldado. Esta visión contrapuesta, nos invita a preguntarnos ¿De dónde parten diferencias tan de fondo, entre ambos pensadores? La respuesta es profunda y simple, asentada en dos cuestiones: Por un lado, en el mandato alberdiano de Gobernar es poblar, que después se plasma en la Constitución Nacional (1853), y por otro lado, en la visión de Sarmiento de luchar por la educación común; ambos preceptos vinculados a la fundación de poblados, a la colonización y al trabajo y a la producción de la tierra, que forman parte, en última instancia, de la visión de toda una generación y de un modelo de país.“Gobernar es Poblar” muestra una Argentina abierta a ser poblada por todos los hombres del mundo que quieran habitarla. En Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Alberdi le otorgaba a la inmigración un protagonismo «civilizador». Mientras que Sarmiento, resalta la idea de que la inmigración es sinónimo de colonización.En algún momento, Sarmiento dijo que la Nación Argentina no se logrará plenamente mediante un acto de voluntad política, ni se agotará en un sentimiento histórico.Cabe destacar que a lo largo de toda la obra de Sarmiento se puede apreciar una gran atracción en la estructura científica de la historia, es decir, en la posibilidad de descubrir las leyes de la evolución histórica. La identificación viquiana de poesía e historia como característica fundamental de las épocas bárbaras, creía haberla encontrado en los cantares populares que seguían difundiendo de pago en pago las hazañas de Facundo, años después de su muerte.Siguiendo la tradición gauchesca y el idioma Nacional, Quesada irrumpe en los escenarios intelectuales sosteniendo que en un país multilingüístico la auténtica lengua nacional no puede ser el lenguaje vulgar de las clases populares, sino la noble usada por escritores y gente culta. “La pluralidad es un dato del proceso argentino que un moderno como Quesada está dispuesto a pagar como tributo al progreso. Pero un miembro de la élite criolla como Quesada no está dispuesto a que esta mezcla degenere en esa hibridación fértil hasta la teratología del “cocoliche”, y por eso considera imprescindible definir qué elementos dentro de esa mixtura deben resultar esenciales e inamovibles.” Quesada sostiene que la tradición nacional no debe ser menoscabada, y para ello, el alma, como esencia más pura de nuestra tradición, debe enfrentarse a la “hibridación.” Bajo esta premisa toma la figura del gaucho y reconoce que esa lengua a la cual refiere, no es autóctona sino heredada del imperio colonizador, y utiliza, pues, al gaucho para explicar, entonces el por qué de tal afirmación.Los gauchos argentinos son “los andaluces de los siglos XVI y XVII transplantados a la pampa.” No obstante, el tipo original sufrirá modificaciones sustantivas impresas nada más y nada menos que por la pampa. “La vida aislada en las soledades de las llanuras sin fin les dio su razón y linaje: tornáronse melancólicos y resignados, modificando su carácter, que ganó en seriedad lo que perdió en brillantez. Y así, el descendiente de andaluz, a la larga, se convirtió en el gaucho argentino”. Horacio González dijo “Aunque Quesada curiosamente tiene una posición progresista, pero con un fuerte precio, digamos, le pone un límite a toda la novelística gauchesca, incluso corre un riesgo de poner un límite al Martín Fierro, cosa que no hace porque en realidad debate con el Juan Moreira, es un debate con el populismo en la Argentina, es un debate que siempre se re- abre, tenemos que re-abrir ese debate, porque no hay pensamiento social y crítico si no hay ese debate.” Vemos entonces, como a pesar de las críticas que el gaucho ha recibido a lo largo de la historia, su presencia en la construcción de la identidad nacional es fundamental. Oscar Terán sigue siendo un eje de análisis revelador para comprender esta cuestión. Fundamentalmente cuando hace referencia a la idea de que un proceso fundador, requiere de un autoexiliado, y es ahí donde encontramos al gaucho; un gaucho que se va hacia el sur, perseguido por aquella civilización tan concreta que describe Sarmiento y en donde el gaucho parece no tener lugar alguno, extinguiéndose del territorio. “El gaucho ha muerto -decía un crítico extranjero-, la civilización le ha matado dulcemente, sin convulsiones.” Continuando con este debate de nacionalidad y lenguaje, pilares fundamentales, para la construcción de la sociología en Argentina, también se hace presente Leopoldo Lugones (1874-1938)La revolución estética que se inició en la Argentina en 1893, coincide con la llegada a Buenos Aires de Rubén Darío. Como representantes de la reacción nacionalista se encuentran Ricardo Rojas, Manuel Gálvez y el ya mencionado Leopoldo Lugones. Estos escritores encontraron su momento de cristalización a partir del establecimiento del Martín Fierro de José Hernández como texto fundador de la nacionalidad.Lugones fue un importante escritor argentino. Tuvo una variada actuación política, ya que tuvo contacto con el socialismo (fue uno de sus iniciadores en Argentina), el liberalismo, el conservadurismo y, finalmente desde 1924 con el fascismo.Salvando las distancias, tanto en Borges como en Lugones el regreso a su país incrementa el interés de ambos escritores por los temas nacionales, al mismo tiempo que los enfrenta. En su libro “El payador”, Lugones sustituyó al gaucho patriota por el cantor, y le otorgó al Martín Fierro el rango de epopeya nacional.“El canon criollista busca la afirmación cultural latinoamericana y proclama su diferencia con respecto a la cultura europea y universal. La estrategia criollista recurre con ese fin a la representación estética de una abundancia de figuras y signos considerados característicos de un país o región: el llanero en Venezuela, el gaucho en Argentina o el huaso en Chile.” (Legrás) Entrado el siglo XX, el criollismo argentino seguirá, fundamentalmente, dos caminos: Por un lado, servirá para afianzar la clase media en ascenso a las ideas libertarias procedentes de Europa, y por otro lado, se identificará con un nacionalismo cultural que alterna posturas progresistas como las de Ricardo Rojas con entonaciones más conservadoras y poli oligárquicas como las del mencionado Leopoldo Lugones. El criollismo proporcionado por Lugones a través de su reinterpretación del Martín Fierro, entre otras cosas, como héroe nacional, busca la despolitización del criollismo. Despolitización que se haya estrechamente ligada a un discurso nacionalista xenofóbico.Para este escritor, el nacionalismo cultural y literario, devenía entonces en un nacionalismo de elite, que excluía a las multitudes de origen foráneo de su programa y de su espacio de realización. Para ello apelaba a la idea de que el “espíritu del pueblo” o el “alma de la raza” se expresaban naturalmente a través de los versos gauchescos, y que la poesía gauchesca, al igual que las antiguas poesías épicas de Europa, no hacía más que representar el devenir histórico de nuestra nacionalidad. Según esa ecuación, podía admitirse sin demasiadas dudas la existencia de una Nación Argentina y de una Literatura Nacional.Ahora bien, años más tarde, el protagonismo pasa a tenerlo Jorge Luís Borges. Su visión por lo nacional, de por sí muy particular y pesimista, lo encuentra en una crítica permanente hacia el Martín Fierro. Una crítica de la cual no pudo o tal vez, no quiso salir, puesto que le ha dedicado un lugar muy importante dentro de su obra.Borges no sólo experimentó rechazo hacia la Academia Española sino también hacia la lengua orillera. En el Idioma de los argentinos estableció que al problema verbal no puede dársele ninguna solución general, manifestando que “el lenguaje es como la luna y tiene su hemisferio de sombra.”En un estudio llamado “Borges, critica y teoría cultural” Beatríz Sarlo establece que a lo largo de su vida, Borges se preocupó por escribir ensayos y criticas sobre textos “menores”. La autora, manifiesta que la inclinación por lo “menor” es una característica esencial de la obra de Borges. Por tal motivo hace ingresar a la literatura “menor” en el canon de la literatura Argentina anticipando así otros temas de la reflexión contemporánea. Por lo tanto, será la teoría de lo “menor” según Sarlo lo que le permitió a Borges una lectura original de lo popular literario y cultural.En lo referente a su análisis crítico, el Martín Fierro ocupó un espacio central de su obra. A lo largo de toda su vida Borges escribió sobre este poema, prólogos, paráfrasis que Sarlo considera que se hayan secreta o abiertamente plasmados en sus ficciones, textos y un libro también breve. En su artículo “El escritor argentino y la tradición” también le dedica una importancia distinguida a dicho poema. “No podemos suponer que el Martín Fierro es, como algunas veces se ha dicho, nuestra Biblia, nuestro libro canónico.”(Borges; p: 267) Pero al mismo tiempo reconoce la perdurabilidad del mismo.Borges, traza dos líneas posibles de la construcción cultural Argentina y afirma que la historia de nuestro país hubiera sido diferente si nuestro gran texto nacional hubiera sido el Facundo de Sarmiento en lugar del Martín Fierro, al cual se lo ha canonizado como “mito de la nacionalidad.” En base a esta concepción cabe destacar que el Facundo, independientemente de las diferencias que se puedan tener con Sarmiento, no es un libro más, puesto que no solo abarca la filosofía, la pedagogía, la sociología, la política, etc. sino que también encierra la pasión de un hombre por su país, un hombre que alberga las ansias transformadoras de la sociedad en la que vive y mediante su libro las describe. Así en uno de los pasajes de Facundo, Sarmiento dirá: "En Facundo Quiroga no veo un caudillo simplemente, sino una manifestación de la vida argentina tal como la han hecho la colonización y las peculiaridades del terreno.”Sarlo, en lo referente a lo dicho en el párrafo anterior considera que Borges discute con dos argumentos; por un lado, que el gaucho malo es un paradigma no referencial sino mítico; y por otro lado, que la canonización de los textos que lo glorifican es una operación posterior a su desaparición, incluso como marginal social.En ese mismo artículo, Borges distingue entre poesía de los gauchos y poesía gauchesca. Al mismo tiempo establece que solo con comparar cualquier colección de poesías populares con el Martín Fierro o con el Fausto aparece esta divergencia. Borges escribe que los poetas populares del campo y del suburbio se refieren siempre a temas tales como el amor, el dolor, la ausencia, etc. y considera que el vocabulario empleado por ellos es mucho más general y hasta podríamos decir más accesible. Por su parte los poetas gauchescos utilizan aquel lenguaje popular exaltando lo autóctono, es decir, que en los poetas gauchescos lo que hay es una búsqueda permanente de las palabras nativas, del color local. Debido a esto, establece que poco fácil le resultará al extranjero comprender por ejemplo a Estanislao del Campo.Dijo Borges con ironía “El culto argentino del color local es un reciente culto europeo que los nacionalistas deberían rechazar por foráneo.”(Borges; p: 270) De lo dicho se desprende que no es necesario escribir literatura con color local para transmitir la imagen, el sabor y el olor - entre otras cosas- de lo propio, de lo argentino, ya que a veces, el dejarse llevar es más efectivo para lograr tal propósito. Lo argentino, en Borges, tenía que ver fundamentalmente con el ejercicio del lenguaje, como la escritura y la lectura en el marco de un proceso que delimitaba espacios (lo nacional, lo universal) pero sin clausurar las fronteras que debían acotarlos. Así la literatura argentina tiene que ver desde la mirada borgiana con la tradición de toda la cultura occidental; sin embargo la especificidad de la literatura argentina no pasaba por la reacción xenófoba frente a lo otro ni por la reproducción de lo extranjero; todo lo contrario, la literatura argentina pasaba por el lenguaje al mismo tiempo que por la tonalidad que se le asignaba a ese lenguaje.Volviendo al Martín Fierro y a la interpretación que Borges realiza del mismo, nos encontramos con que para él, el libro de José Hernández es una payada autobiográfica redactada en un español de entonación gauchesca, lo cual impide por mucho tiempo que podamos olvidarnos que es el gaucho el que canta. No obstante Borges no deja pasar por alto que en algunos momentos Hernández parece olvidarse del color local. Para él el fin que Hernández se propuso en el Martín Fierro era sumamente limitado, a saber, la historia del destino de Martín Fierro referida por éste. “No intuimos los hechos sino al paisano Martín Fierro contándolos. De ahí que la omisión, o atenuación del color local sea típica de Hernández.”(Borges; p: 182) Ahora bien, más allá de las objeciones que Borges pudo haberle hecho al Martín Fierro el alcance del mismo en el ámbito local e internacional es indiscutido. La literatura gauchesca como género artificial, tal como Borges la define, ha sido tomada como propia por el pueblo rioplatense entrelazándose su origen con las luchas por la independencia en ambas márgenes del Río de la Plata. Durante toda su obra discutirá con Hernández, quien decía que el problema no era el gaucho sino el indio, el cual se mostraba salvaje e incivilizado, mientras que el primero necesita ser educado e incorporado a la civilización. Tanto es así, que en su obra, Hernández va mostrando tales intenciones.Retomando, a Alberdi, Mitre y Sarmiento, entendemos que con variedad de matices y consideraciones propias al contexto, pensaron al inmigrante en su papel de civilizador forjando un país moderno, como colono agricultor o artesano industrioso. Por otra parte, Eugenio Cambaceres y Julián Martel discurren, a través de novelas naturalistas, sobre la inferioridad biológica y racial de la inmigración europea. Mientras que, positivistas tales como José Maria Ramos Mejía, consideraron que los inmigrantes y sus descendientes serían de todas maneras integrados a través de la educación nacional. Leopoldo Lugones, a su vez, reivindica la tradición gauchesca como modelo de identidad nacional y raíz de origen. Contrapone a la inferioridad del inmigrante, la figura superior del gaucho; de lo que se trata es de elaborar una mitología nacional revalorizando el Martín Fierro de José Hernández.La imagen del inmigrante entre las élites intelectuales argentinas, desde la famosa máxima de Alberdi, hasta las primeras décadas del siglo XX, fue evolucionando. Del migrante percibido como instrumento civilizador se pasa a la imagen del migrante como elemento a ser civilizado por la sociedad argentina y sucesivamente, según el caso, a considerarlo como un factor social clave, del éxito o del fracaso de la sociedad.Tanto Miguel Cané (1851-1905) como Ernesto Quesada, principalmente, vienen a dar una respuesta a ¿qué es la sociología en Argentina? Respuesta que se encuentra dada por una interpretación de la realidad, que se haya íntimamente relacionada, con el punto de vista de la filosofía social. De este modo, mientras la sociología era solo una materia dentro de la Facultad de Filosofía y Letras, Cané defendía la literatura como ciencia en lo singular, y Quesada defendía la sociología, como literatura de lo general.Ese debate, recorre aún los claustros universitarios, resonando también, en los llamados estudios culturales, buscando llevar adelante un paralelo entre los actuales y anteriores debates sociológicos.Por último, la llegada de Karl Marx (1818-1883) a la universidad abre un nuevo espacio de debate, que gira sobre el eje de las luchas, luchas sociales, luchas de clase. Luchas que son interpretadas desde el marxismo, ya traducido al castellano, por pensadores tales como Quesada, quien a su vez, lo introduce en el debate académico, como herramienta indispensable para comprender y analizar el conocimiento social y las relaciones sociales.
Consideraciones Finales
Primero que nada, es interesante observar que hay signos de la sociología en Argentina desde el mismo momento en que comenzaron a debatirse todas aquellas cuestiones que tenían que ver con el destino de la Nación. Sin expresarse, en términos sociológicos, muchos de los próceres, intelectuales y pensadores, que fueron conformando la historia argentina, analizaron los diversos sucesos por los que atravesaba el país de la mano de intelectuales extranjeros. Así, poco a poco, se fueron consolidando las distintas generaciones; generaciones, que le dieron a la sociedad argentina sesgos particulares, propios de cada contexto socio- político. De esta manera, reconocemos y rescatamos a Esteban Echeverría y la generación del ’37; a Carlos Bunge y la generación del ‘80 y por último a José Ingenieros y la generación del ‘96. En segundo lugar, sería válido y reflexivo, hablar de Alberdi, y rescatar al pensador nacional, más que al liberal; lo mismo si nos referimos Korn, ¿por qué, en lugar de destacar al socialista, no hacemos hincapié en el filósofo de la libertad creadora? También cuando mencionamos a Ernesto Quesada, sería mucho más relevante observar de él, su bagaje como historiador, que su impronta positivista.La idea es, a partir del análisis de los distintos pensadores, apuntar a lo nacional, a la tradición, al nativo, al inmigrante, a la lengua como elementos fundantes de la identidad nacional. La intención de este trabajo, ha sido entonces, realizar un recorrido por la conformación de la sociología en Argentina, sobre la base del pensamiento crítico, de quienes fueron los pilares más sobresalientes en la construcción de esta disciplina. Una disciplina que intenta dar respuestas, al mismo tiempo que comprende la necesidad de crear un espacio abierto al debate y a la reflexión, para no recaer en un pensamiento autárquico, que conlleve a un reduccionismo de los procesos sociales, urbanos y rurales, dejando pequeños grandes vacíos en la influencia que han tenido, todos los hombres aquí mencionados, en la constitución de la Nación Argentina, así como en la construcción de la subjetividad de cada uno de los sujetos que hoy, conformamos esta sociedad moderna.

1. Socióloga. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires, Argentina.2. Parson, trató de formular una teoría fundamental de las ciencias humanas, elaborando conceptos- hipótesis con tal grado de abstracción que pudieran ser utilizados por todas las disciplinas, generando así, un conocimiento integral. Entre lo más sobresaliente de sus postulados, nos encontramos con la formulación de la Teoría General de la Acción. Esto es, una teoría que sirviera como lenguaje común para que pudieran dialogar las diferentes teorías sociológicas entre sí así como también las diferentes disciplinas. Si bien su teoría tiene diversas etapas, lo que Parson intenta permanentemente es analizar a los grupos, a las sociedades como si fueran un sistema de acción. Así, él considera que lo mencionado puede ser explicado a través de un único argumento. Hay una estructura general de la acción que puede aplicarse a cualquier cosa que sea acción. Sin embargo, el problema que Parson aborda, de diversas maneras y en las diferentes etapas de tu teoría, reside en encontrar esa estructura de la acción, la cual, una vez hallada, nos permitirá comprender, o mejor dicho explicar no solo los sistemas sociales sino también los sistemas psíquicos.3. Antes de llegar al Estructural- Funcionalismo, Parson aborda su objeto de estudio partiendo, en un primer momento, por el modelo Weberiano (1937). Luego, abandona el modelo weberiano, y por ende, abandona el punto de vista individualista. Es decir, mientras que en el primer modelo, es la acción lo que explica al sistema social, en el segundo enfoque, llamado Trisistémico (social- cultural- personalidad), el acto- unidad es lo que debe ser explicado (1951) Por último, aborda el objeto, desde el modelo del Estructural- Funcionalismo. Llamado por él Paradigma de las cuatro funciones. Aquí se comprometió definitivamente con la teoría sistémica y para explicar la acción, utiliza el modelo de la Teoría de la Biología. El modelo de toda acción, será entonces, la relación que existe entre un organismo vivo y su ambiente. Se puede decir, que el entorno es lo imprevisible, y el sistema implica la adaptación. Adaptación como un proceso dinámico, puesto que es el sistema el que debe hacer cosas para adaptarse al medio.4. Entre otras novelas sociológicas del mismo autor encontramos; La política argentina y las tendencias yankees (1887); La cuestión obrera y su estudio universal (1909); La argentinidad de la Constitución (1918); La sociología relativista spengleriana (1921) y La época de Rosas (1926)5. Otras de sus obras: Los envenenados (1908), Viaje a través de la estirpe y otras narraciones (1908), Nuestra Patria (1910), Historia del Derecho Argentino (1912), El Derecho. Ensayo de una teoría integral (1916)6. Algunas novelas del autor ¿Adonde vamos? (1904); La creación del mundo moral (1912); South América. El arte de hacer barbaridades (1918)7.Algunas novelas del autor: Introducción al estudio de las ciencias sociales argentinas (1907); Cuadros y caracteres snobs; Escenas contemporáneas de la vida argentina (1923); La Ciudad Indiana (1933)8.Algunas obras del autor: La tradición nacional (1888) El juicio del siglo (1910) Patria y democracia (1920) Estudios de Historia Argentina (1930)9. Algunas obras del autor: Las causas del delito (1892) Dorrego y el federalismo argentino (1926) El Himno Nacional Argentino, estudio histórico-crítico (1927) Estudios de historia y arte argentinos (1929) Rosas en el destierro (1936) Nueva teoría general de la prueba (1939) Rosas (1950, póstumo) El idioma del delito (1967, póstumo)10. Si bien Domingo Faustino Sarmiento perteneció a una familia federal, él fue unitario y formó parte de la generación del ’37.11. El criollismo en la literatura argentina (1902)12. Terán Oscar. Ernesto Quesada: archivar e historiar (la patria); UBA - UNQ - CONICET13. Ibíd.14. Ibíd.15. Legrás, Horacio. Georgetown University.16. Obras Completas. Tomo I17. Al haber canonizado al Martín Fierro como mito nacional, la figura del gaucho malo, el matrero y de su prolongación urbana, el cuchillero pasa a ser paradigma de identidad.18. Obras Completas. Tomo I19.Ibíd.20. Miguel Cané fue un escritor Argentino. Nació en Montevideo durante la expatriación de su familia y regresó a Buenos Aires después de la caída de Juan Manuel de Rosas. Como abogado, desempeñó diversos cargos y apoyó la política de Sarmiento. Perteneciente a la generación del ’80, Cané escribió su obra maestra Juvenilla. Durante algunos años, también fue decano de la Facultad de Filosofía de Letras.
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PROBLEMAS DE LA FILOSOFIA

PROBLEMAS DE LA FILOSOFÍA

PROBLEMA ANTROPOLÓGICO
El hombre es un ser material entre otros seres materiales, un viviente entre otros seres vivientes; pero eminentemente es un ser espiritual capaz de razonar y de crear. Podemos afirmar que la estructura histórica esencial del hombre es la resultante de tres factores mutuamente implicados: 1) el carácter encarnado del espíritu humano (el hombre no es pura materia ni puro espíritu, sino, en la expresión de Heidegger, ser-en-el-mundo); 2) el hecho de la intersubjetividad o dimensión relacional de la vida humana (la subjetividad humana no es una interioridad cerrada al estilo de Descartes, o de Leibniz, sino ser-con-nosotros-conciencia de); 3) la temporalidad (el hombre es también él mismo ser histórico, tiempo, historia).
Precisamente la filosofía del hombre estudia las operaciones específicamente humanas, el conocimiento intelectual y la voluntad libre. A través de ella demuestra que el alma humana es espiritual, ya que es la raíz de las operaciones que trascienden el ámbito y las posibilidades de la materia.
En sus lecciones de "Lógica", Kant resumía el campo de la filosofía y sus problemas básicos a las famosas cuatro preguntas fundamentales: ¿qué puedo saber? (Metafísica); ¿qué puedo hacer? (Moral); ¿qué puedo esperar? (Religión); ¿qué es el hombre? (Antropología). Pero el problema del hombre no es sólo teórico, sino que lo involucra vitalmente porque quien pregunta se halla metido en el mismo interrogante.
Y el interrogante fundamental de la antropología aborda la estructura básica y esencial del hombre que lo constituye en cuanto tal y lo diferencia de las demás cosas. La pregunta: ¿qué es el hombre? Implica de por sí una previa afirmación de una esencia ya determinada, es decir, su comprensión dentro de un horizonte metafísico, pregunta que es impugnada por los marxistas sobrevivientes al amparo del existencialismo propuesto por Sartre; quien afirmó que de algún modo se impone la noción y la necesidad de establecer estructuras básicas del hombre si queremos establecer un punto de discontinuidad como se resalta en su actividad racional y cultural respecto a las demás especies vivientes.
En la historia del pensamiento antropológico, la determinación de las estructuras fundamentales del hombre conoce múltiples definiciones: el hombre como ser racional, como ser instintivo, como ser práctico-transformador, como ser cultural, como ser metafísico, como ser religioso, como ser estético, como ser trascendente, como ser-en-el-mundo, etc., son determinaciones que pretenden señalar no sólo aspecto o elementos distintivos del hombre sino su núcleo fundamental.
En el problema antropológico sobresalen cuatro problemas que están en estrecha relación con él: el problema de la libertad, de la cultura, de la praxis y el problema de la historia. Así, el problema del hombre no se reduce a sus orígenes físicos (la llamada teoría de la evolución), sino a su diferenciación constitutiva aunque reconociendo, como es obvio, su relación básica con el mundo animal desde el punto de vista somático. Entones la cultura aparece como una clave básica de la comprensión misma del hombre y de la historia, según sustenta Ernst Cassirer: "En el mundo humano encontramos una característica nueva que parece constituir la marca distintiva de la vida del hombre. Su círculo funcional no sólo se ha ampliado cuantitativamente sino que ha sufrido también un cambio cualitativo. El hombre como si dijéramos ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su ambiente. Entre el sistema receptor y el erector, que se encuentran en todas las demás especies animales, hallamos en él como un eslabón intermedio algo que podemos señalar como "sistema simbólico". Esta nueva adquisición transforma la totalidad de la vida humana" (Antropología filosófica, 1976).
EL PROBLEMA DE DIOS
El problema de Dios no es como otros un asunto puramente teórico, sino que, en su determinación, involucra muchas actitudes previas, opciones vitales, e incluso una previa actitud ante lo real. Ya Anaxágoras sostuvo que Dios es el creador del orden del mundo al considerar a la Inteligencia como la divinidad que ordena el mundo.
El planteamiento del problema de Dios, como de otros problemas, ofrece múltiples posiciones e interpretaciones. El mismo concepto de Dios en la historia de la filosofía no es tan unívoco, llegando incluso a presentarse conceptos de tipo panteísta. De hecho, la noción predominante se refiere al concepto de Dios ofrecido por el cristianismo y su pensamiento en los grandes teólogos. En este sentido, Dios sería un ser distinto del mundo, causa de él, personal y existente en sí mismo (aseidad). Por la influencia misma del cristianismo en la cultura europea este concepto ofrece la gran ambigüedad de su múltiple uso y abuso, cuando se le invoca en los procesos culturales, sociales, ideológicos y políticos.
La afirmación Dios, como una realidad fundante de la misma realidad, ha sido motivo de la reflexión a lo largo de toda la historia de la filosofía, desde Aristóteles a Platón. Y dicha afirmación ha pretendido basarse en una serie de "pruebas" o vías sintetizadas y complementadas por santo Tomás de Aquino en el siglo XIII; se entendió que tales pruebas no son de carácter empírico, sino meditaciones racionales en las que las exigencias últimas de la razón postularían su existencia.
El problema de Dios conoce una historia paralela en el ateísmo que, con distintos ropajes filosóficos, centra toda una serie de polémicas y críticas que van desde el agnosticismo hasta el ateísmo militante como lo fue el marxismo. Particularmente en las corrientes materialistas (Demócrito en la Antigüedad) y desde el siglo XVIII la corriente de impugnación de la afirmación sobe la existencia de Dios se ha hecho cada vez más fuerte; línea que se prolonga en los sistemas particulares de Nietzsche, Feuerbach, Marx, Sartre y de algún modo se postula en el positivismo, el neopositivismo y la filosofía analítica.
En el campo cristiano, el alcance y la valoración de las "pruebas" es muy dispar. Kant no las aceptó y postuló otro camino (la prueba moral). Hoy, sus reformulaciones están más dentro de la filosofía neotomista, mientras que otras tendencias teológicas o se suman al radicalismo de corte protestante siguiendo la línea de Lutero, Kierkegaard, Unamuno, Karl Barth o la orientación antropológica de Karl Rhaner dentro del horizonte de la metafísica trascendental de Marechal y Heidegger. En la misma perspectiva se ubicaría el planeamiento de Zubiri, pero con otros supuestos metafísicos.
Entre los defensores de la teología de la liberación en América Latina, de algún modo se impugna el horizonte puramente metafísico de su afirmación, y dentro de un cierto contexto medio pascaliano, se subraya el carácter diferenciante del Dios bíblico, como imperativo de justicia y de hermandad. De todas maneras, un discurso sobre Dios en este lineamiento no tiene sentido si no se realiza dentro del horizonte de la praxis y la liberación, del cual Dios sería garante y dinamizador.
EL PROBLEMA ÉTICO
Se dan dos concepciones fundamentales de la ciencia ética, esto es: 1) aquella que la considera como ciencia del fin al que debe dirigirse la conducta de los hombres y de los medios para lograr tal fin y derivar, tanto el fin como los medios de la naturaleza del hombre; 2) aquella que la considera como la ciencia del impulso de la conducta humana e intenta derivarla con vistas a dirigir o disciplinar la conducta misma. Estas dos concepciones son fundamentalmente distintas y hablan dos lenguajes distintos, aunque se han entrelazado de manera diferente tanto en la Antigüedad como en el mundo moderno.
En efecto, la primera habla del lenguaje del ideal al que el hombre se dirige por su naturaleza y, en consecuencia, de la "naturaleza", "esencia" o "sustancia" del hombre. En cambio, la segunda habla de los "motivos" o de las "causas" de la conducta humana o también de las "fuerzas" que la determinan y pretende atenerse al reconocimiento de los hechos.
En este contexto, la dimensión ética de la existencia del hombre tanto en su aspecto individual como social ha sido objeto de la reflexión filosófica en todas las épocas, especialmente en ciertos períodos o coyunturas de crisis y de grandes cambios estructurales. Pero aquí, como en todos los problemas filosóficos, el planteamiento del problema y las líneas de solución configuran abundantes ramificaciones temáticas, según las escuelas y autores.
El universitario, como cultor de la filosofía, debe acostumbrarse al despliegue pluralístico en todos los campos del saber, dado que al interior de las ciencias especiales son múltiples los intentos de explicar los fenómenos con diferentes marcos teóricos, técnicas y procedimientos.
La dimensión ética de la vida humana se funda primero en el hecho de la moralidad, es decir, en el comportamiento práctico del hombre que se expresa en juicios, actitudes y normas en su interacción social y cultural. José Luís Aranguren hace notar que, en su raíz etimológica, este hecho designa originariamente un modo de ser más que los actos o costumbres que se remiten al modo específico de lo humano como existir consciente y responsable (Ética, en Rev. De Occidente, Madrid, 19729). Según este autor, prevaleció la designación latina (mores) y su connotación originaria (eJos), con doble matiz, se perdió en la reflexión y la orientación misma de la ética.
De todos modos, la ética quiere referirse a la fundamentación teórica de la conducta humana en todas sus dimensiones queriendo ser el soporte de su praxis concreta. Además de la justificación racional de la moralidad, esta fundamentación quiere expresar un conjunto de normas y principios básicos orientadores de las situaciones concretas.
¿Qué hacer en una situación determinada? Sólo puede ser enfrentado dentro de un marco amplio de criterios y pautas que se remiten en última instancia a la reflexión ética, pero ésta no dice el hacer concreto sino que da el criterio para enfrentar la situación y decidir. La ética no es un catálogo de normas concretas sobre el horizonte infinito de las decisiones humanas, sino el conjunto normativo esencial orientador desde la cual el hombre asume sus propias y auténticas responsabilidades en cuanto ser social, colectivo que decide no sólo por sí mismo sino por los demás en cuanto sus actos no son puramente individuales sino sociales. Pero este marco orientador es plural, pues depende de la ética a la cual se refiera y se remita, bien a una ética marxista, existencialista, utilitaria, hedonista, cristiana, etc.
La ética (cuya raíz originaria es la libertad, es decir, la distinción entre el comportamiento específico del hombre como ser consciente y equidistante no determinado por el dinamismo instintivo) abre en él ese espacio de una conducta que se hace y se asume a través de la intencionalidad del sujeto, que al mismo tiempo que elige, construye poco a poco un modo de ser, su e J o s. Esta dimensión, fundada en el carácter específico de la conducta humana que no se ajusta a un inmediatismo frente a la realidad, es una libertad situada, al mismo tiempo, con limitaciones y ataduras, pero, de todos modos, la fuente de la moral y la ética.
Con mucha razón Emerich Coreth sustenta: "Vivimos la experiencia de que nos sale al paso un valor reclamando su afirmación y realización, que nos expresa un deber absoluto y que tal vez exige la renuncia a otra forma de comportamiento agradable y habitual. Quizá apartamos la vista e intentamos arrinconarlo marginándolo de nuestro campo visual. Y, sin embargo, percibimos una llamada imperante, una demanda obligatoria, que reclama nuestra libre decisión, pero que impone a nuestra libertad una obligación vinculante. Este fenómeno forma parte de las experiencias fundamentales de la existencia humana. De ahí que incesantemente haya preocupado a los filósofos de todos los tiempos. Es un fenómeno de tipo ético. ¿Qué significa y cómo hay que explicarlo? ¿Qué es un valor ético, un precepto moral, una actuación ética?" (¿Qué es el hombre?, 1982)
Si bien luego abordaremos el problema de los valores, aquí debemos reconocer el carácter histórico social de las normas morales y que subsiste un fondo de exigencia incondicional y un fondo universalizante que le atañe y le toca a su estructura básica como ser humano. Por ello, Coreth afirma: "Ante la pluralidad de valores y de campos de valor, no sólo de lo útil, de lo útil y práctico y de lo vitalmente ventajoso, sino también de los valores intelectuales, estéticos y culturales, se plantea esta pregunta: ¿existen también valores que afectan al hombre en cuanto hombre, que le llevan al desarrollo y realización plena en su ser propiamente humano? ¿Existen valores por los que el hombre se hace, no sólo buen músico, un buen estudiante y deportista, un buen jurista, físico, médico, etc., es decir, no sólo se hace "bueno" en éste o en aquel sector particular de la actividad humana, sino un hombre bueno, o lo que es lo mismo, un individuo que en lo peculiar y esencial de su ser humano ha llegado a su pleno desarrollo y realización? Esa es la esencia de la moral. A un valor de este tipo lo llamamos un valor moral, lo moralmente bueno. Todo aquello que corresponde al auto desarrollo esencial y común a todos los hombres es moralmente bueno. Por el contrario, todo lo que se opone a dicho desarrollo es moralmente malo"(¿Qué es el hombre?)
¿Cuál es el fundamento de la moral? Ha sido objeto de diversos cominos desde Aristóteles, santo Tomás de Aquino, a pesar del giro racionalista y autonomista de la ética kantiana y la crítica despiadada (pero injusta) de Nietzsche a la moral judeocristiana. Paralelamente se han desarrollado diversas teorías para explicar la conducta moral desde otros marcos, como los análisis de Marx, Freud, Piaget, Skinner. Con todo, a inicios del siglo veintiuno subsiste una gran proliferación de escritos sobre la ética que copan gran parte de la filosofía analítica, incluso del problema de la ética en el marxismo, la ética de la situación inspirada en los planteamientos de Sartre y Simone de Beauvoir. Con todo y a pesar de los múltiples obstáculos que se le ponen, la reflexión de orientación cristiana se va redescubriendo.
EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO Y LOS VALORES
Al margen de cuanto hemos indicado al tratar sobre cómo explica Kant y Tomás de Aquino el conocimiento, debemos indicar que el problema del conocimiento supone e implica toda una historia relacionada en gran parte con el desarrollo de las ciencias, de los métodos experimentales, el avance de la matemática, el desarrollo elevado de las ciencias naturales, la insurgencia de las ciencias sociales, etc.
En este contexto, y dentro de las circunstancias actuales del majestuoso desarrollo científico y tecnológico, se hace cada vez más claro las implicaciones de este saber sobre las culturas, y al mismo tiempo los desarrollos ambiguos en su uso y la utilización de las estrategias políticas de la dominación. Por ello, el marcado acento crítico sobre el conocimiento y la utilización de las ciencias cuando éstas pretenden imponerse como instancias totalmente autónomas o cuando se postulan tesis discutibles como la exigencia de la neutralidad en sus desarrollos metodológicos o su en concepción puramente positivista.
Tal situación obliga a Guillermo Hoyos a manifestar que "una primera tarea de reflexión epistemológica consiste, pues, en establecer el diagnóstico de la positivización de las ciencias sociales en América latina y en señalar la función ideológica de éstas como legitimización de la legalidad del sistema dominante..., a este nivel la reflexión epistemológica pretende como segunda tarea poder recuperar el espacio específico de las ciencias sociales para devolverles a éstas su objeto y método. La crítica del positivismo restaura al mismo tiempo la relatividad del conocimiento y de la apropiación técnica de la naturaleza respecto a la totalidad social y muestra la trascendencia material de ésta a todo intento de sistematización empírica positiva" (El sentido de la reflexión epistemológica sobre las ciencias sociales, en Cuadernos de Filosofía y Letras, junio de 1979)
Los problemas clásicos del conocimiento se refieren a los aspectos de esta relación intrínseca de los tres elementos del proceso del conocer: ¿Puede el sujeto conocer el objeto? (Problema de la posibilidad del conocimiento). ¿Es la razón o la experiencia la fuente primera y fundamental del conocimiento? (Problema del origen del conocimiento). ¿En el conocimiento, es el objeto el que determina al sujeto o el sujeto el que determina e impone sus condiciones al objeto como plantea Kant el problema? (Problema de la esencia del conocimiento). ¿Fuera del conocimiento discursivo existen otras formas de conocer la realidad como la intuición opuesta a la forma lógica argumentativa? (Problema de las formas del conocimiento). Cuando un conocimiento se revela como verdadero, ¿con qué criterio podemos estar absolutamente ciertos de que es así? (Problema del criterio de verdad del conocimiento).
En las discusiones actuales se debate si es igual o no el término gnoseología y epistemología. Esta parece referirse a la filosofía de la ciencia y en cuanto tal, según Piaget, va conformándose cada día más en forma autónoma al interior de cada ciencia en particular. La filosofía de la ciencia tendría un aspecto más bien crítico-histórico respecto a las condiciones, límites y supuestos de la ciencia.
En sentido lato, la gnoseología comprende el estudio sobre el origen y la naturaleza del conocimiento humano al mismo tiempo que la validez de su contenido. En sentido estricto, la gnoseología es la indagación filosófica acerca de la validez objetiva del conocimiento; y desde este punto de vista se distingue y se relaciona con la lógica formal cuyo objeto son las relaciones de los contenidos de pensamientos entre sí (estudio de las estructuras internas del pensamiento: concepto, juicio, raciocinio) al mismo tiempo que las leyes genéricas del pensamiento. La gnoseología estudia los mismos contenidos noéticos según su relación al objeto y su función representativa de la realidad.
Es en este contexto que abordamos el problema de los valores que forman parte de nuestra vida tanto como las cosas, personas e instituciones que nos rodean. No podemos dejarlos de lado. Corresponde hacerse cargo de su presencia, pues la calidad de nuestras vidas depende del valor de los objetos que usemos, gocemos o seamos capaces de crear. Ellos son los que propiamente le dan una dimensión ética a nuestra existencia. No sólo son valores las cosas que constituyen el mundo, sino también mis propias actividades, incluso mis deseos, esperanzas e intereses.
El término valor fue utilizado primero por la economía política al estudiar el valor de uso y de cambio de las cosas. Tomás Hobbes (1588-1679) sostenía que "el valor o estima de un hombre es, como el de todas las demás cosas, su precio; es decir, tanto como sería dado por el uso de su poder. Por consiguiente, no es absoluto, sino una consecuencia de la necesidad y del juicio de otro. Un hábil conductor de soldados es un gran precio en tiempo de guerra presente o inminente; pero no lo es en tiempo de paz" (Leviatán).
Antes de Rudolph Lotze (1817-1881) sólo ocasionalmente la filosofía habló de valores; él hizo del valor un contenido fundamental del filosofar. Y atendiendo a la cosa significada con el vocablo "valor", cabe afirmar que indudablemente el pensamiento filosófico se había ocupado siempre en este problema bajo el título de bien y de bondad (bonum et bonitas).
La moderna filosofía introducida por Max Scheler (1874-1928) y que procede de Lotze, distingue nítidamente entre valor y bien: los bienes pertenecen al orden del ser, mientras que los valores se enfrentan a éste con "suprema independencia" y forman un reino propio. En este contexto, debemos afirmar que la verdad es el bien de la inteligencia humana universal; y es un bien universal para toda inteligencia humana.
Entonces, el valor está en las cosas mismas? ¿Es sólo una cualidad que el sujeto le otorga al objeto? ¿Es una relación entre la propiedad del objeto y la valoración del sujeto? ¿Los valores tienen una existencia en sí, independiente? ¿Los valores son una creación total del hombre?
Pero, ¿qué son los valores? J. Hessen dice que "cuando se habla de "valor" puede entenderse tres cosas: la vivencia del valor, la cualidad del valor y la idea del valor. Si por valor se entiende exclusivamente la vivencia, se coloca el valor en la psique, en la conciencia, es decir, se lo sicologiza. Se incurre en el error opuesto cuando se tiene presente sólo la idea de valor. En este caso es fácil llegar a convertir el valor en una cosa, a hipostasiarlo, como lo hizo Platón. Por último, si se concibe el "valor" exclusivamente como cualidad, como modalidad de la cosa se lo naturaliza o cosmologiza. Se hace del valor algo propio de las cosas. Las tres concepciones son unilaterales. Perciben algo correcto, pero lo ven demasiado exclusivamente y pasan por alto otros detalles" (Tratado de Filosofía, 1970)
Sólo puede haber distinción entre bienes y valores en el sentido de que: con el término bienes se indican las cosas individuales, puesto que en ellas están realizados los valores; y se denomina valores las esencias o ideas valórales abstraídas de aquellas. En definitiva, podemos describir el valor como el ser mismo en la medida que, por virtud de su contenido, significa una perfección y atrae a la potencia apetitiva.
Los valores son los criterios, los pensamientos, las decisiones que permiten calificar y acertar qué es lo que se debe potenciar en una cultura como educativo. Los valores más fundamentales del quehacer cultural más humanizador son: la libertad, la creatividad y la dialogicidad.
De la esencia del valor depende la peculiaridad de su aprehensión. Si el valor se separa del ser no es accesible a la razón orientada, hacia él; y puesto que se abre únicamente al sentir emocional, surge el irracionalismo valoral. Lo contrario de éste sería un racionalismo valoral que disolvería en el ser el carácter propio del valor. Entre ambos se encuentra la aprehensión intelectual del valor, que lo descubre porque el ser es intrínsecamente valioso, pero que nunca puede constituir la respuesta total a aquel, porque el valor perfecciona al ser y, por consiguiente, sólo encuentra la respuesta plenamente adecuada en el sentir y el querer; por eso, aún la aprehensión intelectual del valor estará siempre impregnada de elementos sentimentales y apetitivos.
Al dominio del valor pertenecen la oposición de valor y no valor, así como la ordenación jerárquica de los valores. El valor descansa en el orden del ser y del obrar a él ajustado, mientras que la desviación del orden deontológico denota no valor y, al fin, conduce a la culpa moral.
Por lo que respecta a la jerarquía, los grados del valor corresponden a los del ser. Desde un punto de vista más formal se distingue el valor por razón del goce (o valor deleitable) y el valor por razón de la utilidad (o valor útil). El valor por razón de sí es pretendido por sí mismo; el valor deleitable irradia el valor por razón de sí, puesto que atrae hacia éste y fluye de su posesión beatificante; el valor útil está al servicio del valor por razón de sí como medio para un fin.
Atendiendo al contenido, el valor por razón de sí muestra los grados siguientes: valores económicos, vitales, espirituales (lo verdadero, lo bello, el bien ético) y religiosos (lo santo). La jerarquización de Scheler, quizá como el axiólogo más significativo del objetivismo contra el subjetivismo, responde a esta enumeración, que sigue los grados del ser: valores sensibles: gratos e ingratos; valores vitales, que se subdividen en: lógicos: verdadero-falso, estéticos: bello-feo, éticos: justo-injusto; y valores religiosos que ocupan el lugar supremo, pues en ellos se trata directamente del Bien infinito (Dios).

PRINCIPALES TEORIAS ADMINISTATIVAS

LAS PRINCIPALES TEORIAS ADMINISTRATIVAS Y SUS PRINCIPALES ENFOQUES

TEORIAS BASICAS DE LA ADMINISTRACION:
· TEORIA CIENTIFICA
· TEORIA CLASICA
ENFASIS

TEORIAS ADMINISTRATIVAS
PRINCIPALES ENFOQUES
EN LAS TAREAS
ADMINISTRACION CIENTIFICA
RACIONALIZACION DEL TRABAJO EN EL NIVEL OPERACIONAL






EN LA ESTRUCTURA





TEORIA CLASICA
TEORIA NEOCLASICA




TEORIA DE LA
BUROCRACIA.



TEORIA ESTRUCTURALISTA


-ORGANIZACIÓN FORMAL.
-PRINCIPIOS GENERALES DE LA ADMINISTRACION.
-FUNCIONES DEL ADMINISTRADOR.

-ORGANIZACIÓN FORMAL BUROCRATICA.
-RACIONALIDAD ORGANIZACIONAL.

MULTIPLE ENFOQUE:
-ORGANIZACIÓN FORMAL E INFORMAL.
-ANALISIS INTRAORGANIZACIONAL Y ANALISIS INTEORGANIZACIONAL.





EN LAS PERSONAS
TEORIA DE LAS RELACIONES HUMANAS.



TEORIA DEL COMPORTAMIENTO ORGANIZACIONAL





TEORIA DEL DESARROLLO ORGANIZACIONAL.
-ORGANIZACIÓN INFORMAL.
-MOTIVACION, LIDERAZGO, COMUNICACIONES Y DINAMICA DE GRUPO.

-ESTILOS DE ADMINISTRACION.
-TEORIA DE LAS DECISIONES.
-INTEGRACION DE LOS OBJETIVIOS ORGANIZACIONALES E INDIVIDUALES.

-CAMBIO ORGANIZACIONAL PLANEADO.
-ENFOQUE DE SISTEMA ABIERTO.

EN EL AMBIENTE
TEORIA ESTRUCTURALISTA



TEORIA NEO-ESTRUCTURALISTA
-ANALISIS INTRAORGANIZACIONAL Y ANALISIS AMBIENTAL.

-ENFOQUE DE SISTEMA ABIERTO.
EN LA TECNOLOGIA
TEORIA DE LA CONTINGENCIA
-ADMINISTRACION DE LA TECNOLOGIA (IMPERATIVO TECNOLOGICO).

ENFOQUE CLASICO DE LA ADMINISTRACION
En el despuntar del siglo XX, dos ingenieros desarrollaron los primeros trabajos pioneros respecto a la administración. Uno era americano, Frederick Winlow Taylor, y desarrolló la llamada escuela de administración científica, preocupada por aumentar la eficiencia de la industria a través, inicialmente, de la racionalización del trabajo operario. El otro era europeo, Henri Fayol, y desarrolló la llamada teoría clásica preocupada por aumentar la eficiencia de su empresa a través de su organización y de la aplicación de principios generales de la administración con bases científicas. A pesar de que ellos no se hayan comunicado entre sí y hayan partidos de puntos de vista diferentes y aun opuestos, lo cierto es que sus ideas constituyen las bases del llamado enfoque clásico tradicional de la administración, cuyos postulados dominaron aproximadamente las cuatro primeras décadas de este siglo el panorama administrativo de las organizaciones.

Así de un modo general, el enfoque clásico de la administración puede desdoblarse en dos orientaciones bastante diferentes y hasta cierto punto opuestas entre sí, pero que se complementan con relativa coherencia:

1.- De un lado, la escuela de la administración científica, desarrollada en los Estados Unidos, a partir de los trabajos de Taylor. Esa escuela era formada principalmente por ingenieros, como Frederick Winslow (1856-1915), Henry Lawrence Gantt (1.861-1931), Frank Bunker Gilbreth (1868-1924), Harrington Emerson (1853-1931) y otros Henry Ford (1863-1947), suele ser incluido entre ellos, por haber aplicado sus principios. La preocupación básica era aumentar la productividad de la empresa mediante el aumento de la eficiencia en el nivel operacional, esto es, en el nivel de los operarios. De allí el énfasis en el análisis y en la división del trabajo operario, toda vez que las tareas del cargo y el ocupante constituyen la unidad fundamental de la organización. En este sentido, el enfoque de la administración científica es un enfoque de abajo hacia arriba (del operario hacia el supervisor y gerente) y de las partes (operarios y sus cargos) para el todo (organización empresarial). Predominaba la atención en el trabajo, en los movimientos necesarios para la ejecución de una tarea, en el tiempo-patrón determinado para su ejecución: ese cuidado analítico y detallado permitía la especialización del operario y la reagrupación de los movimientos, operaciones, tareas, cargos, etc., que constituyen la llamada “organización racional del trabajo” (ORT). Fue además de esto, una corriente de ideas desarrollada por ingenieros, que buscaban elaborar una verdadera ingeniería industrial dentro de una concepción eminentemente pragmática. El énfasis en las tareas es la principal característica de la administración científica.

2.-De otro lado, la corriente de los anatomistas y fisiologistas de la organización, desarrollada en Francia, con los trabajos pioneros de Fayol. Esa escuela estaba formada principalmente por ejecutivos de las empresas de la época. Entre ellos Henri Fayol (1841-1925), James D. Mooney, Lyndall F. Urwick (n.1891), Luther Gulick y otros. Esta es la corriente llamada Teoría Clásica. La preocupación básica era aumentar la eficiencia de la empresa a través de la forma y disposición de los órganos componentes de la organización (departamentos) y de sus interrelaciones estructurales. De allí el énfasis en la anatomía (estructura) y en la fisiología (funcionamiento) de la organización. En este sentido, el enfoque de la corriente anatómica y fisiologista es un enfoque inverso al de la administración científica: de arriba hacia abajo (de la dirección hacia la ejecución) del todo (organización) hacia sus partes componentes (departamentos). Predominaba la atención en la estructura organizacional, con los elementos de la administración, con los principios generales de la administración, con la departamentalización. Ese cuidado con la síntesis y con la visión global permitía una manera mejor de subdividir la empresa bajo la centralización de un jefe principal. Fue una corriente eminentemente teórica y “administrativamente orientada”. El énfasis en la estructura es su principal característica.
ORIGENES DEL ENFOQUE CLASICO

Los orígenes del enfoque clásico de la administración remontan las consecuencias generadas por la revolución industrial. Podrían resumirse en dos hechos genéricos:

1. El crecimiento acelerado y desorganizado de las empresas, que ocasionó una complejidad creciente en su administración exigió un enfoque científico purificado que sustituyese el empirismo y la improvisación hasta entonces dominante. Con la empresa de dimensiones más amplias surgen las condiciones iniciales de planeamiento a largo plazo de la producción, reduciendo la inestabilidad y la improvisación.

2. La necesidad de aumentar la eficiencia y la competencia de las organizaciones en el sentido de obtener el mejor rendimiento posible de sus recursos y hacer frente a la competencia que se incrementaba entre las empresas. Surge el sentido de la división del trabajo entre quienes piensan y quienes ejecutan. Los primeros fijan patrones de producción, describen los cargos, fijan funciones, estudian métodos de administración y normas de trabajo, creando las condiciones económicas y técnicas para el surgimiento del taylorismo en los Estados Unidos y fayolismo en Europa.


El panorama industrial en el inicio de este siglo tenía todas las características y elementos para poder inspirar una ciencia de la administración: una variedad inmensa de empresas, con tamaños altamente diferenciados, problemas de bajo rendimiento de la maquinaria utilizada, desperdicio, insatisfacción generalizada entre los operarios, competencia intensa pero con tendencias poco definidas, elevado volumen de pérdidas cuando las decisiones eran mal tomadas, etc. Inicialmente los autores clásicos pretendieron desarrollar una ciencia de la administración cuyos principios en sustitución a las leyes científicas, pudiesen ser aplicados para resolver los problemas de la organización.

ADMINISTRACION CIENTIFICA

El enfoque típico de la escuela de la administración científica es el énfasis en las tareas. El nombre administración científica se debe al intento de aplicar los métodos de la ciencia a los problemas de la administración, con el fin de alcanzar elevada eficiencia industrial. Los principales métodos científicos aplicables a los problemas de la administración son la observación y la medición. La escuela de la administración científica fue iniciada en el comienzo de este siglo por el ingeniero mecánico americano Frederick W. Taylor, considerado el fundador de la moderna TGA.

OBRA DE TAYLOR

Frederick Wilson Taylor (1856-1915), fundador de la administración científica, nació en Filadelfia, Estados Unidos. Procedía de una familia de principios rígidos y fue educado dentro de una mentalidad de disciplina, devoción al trabajo y al ahorro. En aquella época estaba de moda el sistema de pago por pieza o por tarea. Esto llevó a Taylor a estudiar el problema de la producción en sus mínimos detalles, pues, gracias a su progreso en la compañía, no quería decepcionar a sus patrones, ni decepcionar a sus compañeros de trabajo, quienes deseaban en el entonces jefe de taller no fuese duro con ellos en el planteamiento del trabajo por pieza. Taylor inició las experiencias que lo harían famoso, donde intentó aplicar sus conclusiones, venciendo una gran resistencia a sus ideas.
PERIODOS DE TAYLOR

Primer Período de Taylor

.- Experiencias y estudios a partir del trabajo del obrero, y más tarde, generalizó sus conclusiones para la administración.

.- 1895; “A note on belting”. “A piece Rate system”.

.- 1903: “Shop Management”. Se preocupa por las técnicas de racionalización del trabajo del obrero, a través del estudio de tiempos y movimientos (Motion-Time-Study).

En esta publicación Taylor expresa:

1. Salarios altos y bajos costos unitarios de producción.
2. Aplicar métodos científicos al problema global, con el fin de formular principios y establecer procesos estandarizados.
3. Los empleados deben ser dispuestos científicamente en servicios o puestos de trabajo donde los materiales y las condiciones laborales sean seleccionados con criterios científicos, para que así las normas sean cumplidas.
4. Los empleados deben ser entrenados científicamente para perfeccionar sus aptitudes.
5. Debe cultivarse una atmósfera cordial de cooperación entre la gerencia y los trabajadores.

Segundo Período

..- 1911: “Principios de administración científica”

- La racionalización del trabajo productivo debería estar acompañada por una estructura general de la empresa que hiciese coherente la aplicación de sus principios.


RACIONALIZACION DEL TRABAJO

Como entre los diferentes métodos e instrumentos utilizados en cada trabajo hay siempre un método más rápido y un instrumento más adecuado que los demás, estos métodos e instrumentos pueden encontrarse y perfeccionarse mediante un análisis científico y depurado estudio de tiempos y movimientos, en lugar de dejarlos a criterio personal de cada operario. Ese intento de sustituir métodos empíricos y rudimentarios por los métodos científicos en todos los oficios recibió el nombre de organización racional del trabajo (ORT).


PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION CIENTIFICA


Principios de la administración científica de Taylor.

Para Taylor, la gerencia adquirió nuevas atribuciones y responsabilidades descritas por los cuatro principios siguientes:

1. Principio de planeamiento: sustituir en el trabajo el criterio individual del operario, la improvisación y la actuación empírico-práctica por los métodos basados en procedimientos científicos. Sustituir la improvisación por la ciencia, mediante la planeación del método.

2. Principio de la preparación/planeación: seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo con sus aptitudes y prepararlos, entrenarlos para producir más y mejor, de acuerdo con el método planeado.

3. Principio del control: controlar el trabajo para certificar que el mismo esta siendo ejecutado de acuerdo con las normas establecidas y según el plan previsto.

4. Principio de la ejecución: distribuir distintamente las atribuciones y las responsabilidades, para que la ejecución del trabajo sea disciplinada.

Otros principios implícitos de administración científica según Taylor

1. Estudiar el trabajo de los operarios, descomponerlo en sus movimientos elementales y cronometrarlo para después de un análisis cuidadoso, eliminar o reducir los movimientos inútiles y perfeccionar y racionalizar los movimientos útiles.

2. Estudiar cada trabajo antes de fijar el modo como deberá ser ejecutado.

3. Seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo con las tareas que le sean atribuidas.

4. Dar a los trabajadores instrucciones técnicas sobre el modo de trabajar, o sea, entrenarlos adecuadamente.

5. Separar las funciones de planeación de las de ejecución, dándoles atribuciones precisas y delimitadas.

6. Especializar y entrenar a los trabajadores, tanto en la planeación y control del trabajo como en su ejecución.

7. Preparar la producción, o sea, planearla y establecer premios e incentivos para cuando fueren alcanzados los estándares establecidos, también como otros premios e incentivos mayores para cuando los patrones fueren superados.

8. Estandarizar los utensilios, materiales, maquinaria, equipo, métodos y procesos de trabajo a ser utilizados.

9. Dividir proporcionalmente entre la empresa, los accionistas, los trabajadores y los consumidores las ventajas que resultan del aumento de la producción proporcionado por la racionalización.

10. Controlar la ejecución del trabajo, para mantenerlos en niveles deseados, perfeccionarlo, corregirlo y premiarlo.

11. Clasificar de forma práctica y simple los equipos, procesos y materiales a ser empleados o producidos, de forma que sea fácil su manejo y uso.

Principios de eficiencia de Emerson

Buscó simplificar los métodos de estudios y de trabajo de su maestro (Taylor) , creyendo que aun perjudicando la perfección de la organización, sería más razonable realizar menores gastos en el análisis del trabajo. Fue el hombre que popularizó la administración científica y desarrolló los primeros trabajos sobre selección y entrenamiento de los empleados. Los principios de rendimiento pregonados por Emerson son:

1. Trazar un plan objetivo y bien definido, de acuerdo con los ideales.

2. Establecer el predominio del sentido común.
3. Mantener orientación y supervisión competentes.

4. Mantener disciplina.

5. Mantener honestidad en los acuerdos, o sea, justicia social en el trabajo.

6. Mantener registros precisos, inmediatos y adecuados.

7. Fijar remuneración proporcional al trabajo.

8. Fijar normas estandarizadas para las condiciones de trabajo.

9. Fijar normas estandarizadas para el trabajo.

10. Fijar normas estandarizadas para las operaciones.

11. Establecer instrucciones precisas.

12. Fijar incentivos eficientes al mayor rendimiento y a la eficiencia.

Principios básicos de Ford

Utilizó un sistema de integración vertical y horizontal, produciendo desde la materia prima inicial hasta el producto final, además de una cadena de distribución comercial a través de agencias propias. Hizo una de las mayores fortunas del mundo gracias al constante perfeccionamiento de sus métodos, procesos y productos. A través de la racionalización de la producción creó la línea de montaje, lo que le permitió la producción en serie, esto es, el moderno método que permite fabricar grandes cantidades de un determinado producto estandarizado.

Ford adoptó tres principios básicos:

1. Principio de intensificación: consiste en disminuir el tiempo de producción con el empleo inmediato de los equipos y de la materia prima y la rápida colocación del producto en el mercado.

2. Principio de la economicidad: consiste en reducir al mínimo el volumen de materia prima en transformación.

3. Principio de la productividad: consiste en aumentar la capacidad de producción del hombre en el mismo período (productividad) mediante la especialización y la línea de montaje.

Se caracteriza por la aceleración de la producción por medio de un trabajo rítmico, coordinado y económico. Fue también uno de los primeros hombres de empresa en utilizar incentivos no salariales para sus empleados. En el área de mercadeo implantó la asistencia técnica, el sistema de concesionarios y una inteligente política de precios.

Principio de excepción

Taylor adoptó un sistema de control operacional bastante simple que se basaba no en el desempeño medio sino en la verificación de las excepciones o desvío de los patrones normales; todo lo que ocurre dentro de los patrones normales no deben ocupar demasiada atención del administrador. Según este principio, las decisiones más frecuentes deben reducirse a la rutina y delegadas a los subordinados, dejando los problemas más serios e importantes para los superiores; este principio es un sistema de información que presenta sus datos solamente cuando los resultados, efectivamente verificados en la práctica, presentan divergencias o se distancian de los resultados previstos en algún problema. Se fundamenta en informes condensados y resumidos que muestran apenas los desvíos, omitiendo los hechos normales, volviéndolos comparativos y de fácil utilización y visualización.
APRECIACION CRITICA DE LA TEORIA DE LA ADMINISTRACION CIENTIFICA

La teoría de la administración científica fue duramente criticada, aunque estas críticas no les disminuyen el mérito y el galardón. No obstante, se considera que en esta época existan una serie de deficiencias en cuanto a:

Ø La mentalidad y los prejuicios tanto de los dirigentes como de los empleados.
Ø Falta de conocimientos sólidos sobre asuntos administrativos.
Ø La precaria experiencia industrial y empresarial.


Todos estos factores no permitieron el adecuado fundamento para la elaboración de conceptos más rigurosos y mejor establecidos. Dentro de las principales críticas efectuadas pueden resumirse así:

1. Mecanismo de la administración científica: la administración científica le dio poca atención al elemento humano, se preocupó básicamente por las tareas (organización y ejecución) y a los factores directamente relacionados con el cargo y función del operario (tiempo y movimiento). Esta teoría se le conoce con el nombre de “teoría de la máquina” ya que concibe la organización como “una distribución rígida y estática de piezas”.

2. Superespecialización del operario: en la búsqueda de la eficiencia, la administración científica preconizaba la especialización del operario a través de la división y de la subdivisión de toda operación en sus elementos constitutivos. Estas “formas de organización de tareas no sólo privan a los trabajadores de satisfacción en el trabajo, sino lo que es peor, violan la dignidad humana”. La especialización extrema del operario, a través de la fragmentación de las tareas, convierte en superflua su calificación, aunque este esquema es responsable de altas utilidades a corto plazo, con bajo nivel salarial y a costa de tensiones sociales y sindicales. La proposición de Taylor de que “la eficiencia administrativa aumenta con la especialización del trabajo” no encontró amparo en los resultados de investigaciones posteriores: cualquier momento en la especialización no redunda necesariamente en un aumento de la eficiencia”.

3. Visión microscópica del hombre: La administración científica se refiere al hombre como un empleado tomado individualmente, ignorando que el trabajador es un ser humano y social _ valorizando apenas la fatiga muscular e ignorando un tipo de fatiga más sutil que la nerviosa. La fatiga era considerada exclusivamente un fenómeno muscular y fisiológico, estudiado principalmente a través de los datos estadísticos. Taylor consideró los recursos humanos y materiales no tanto recíprocamente ajustables, sino sobre todo, al hombre trabajando como un apéndice de la maquinaria industrial. En cuanto a este aspecto fue duramente criticado y tildado de haber cometido un error como pionero.

4. Ausencia de comprobación física: la administración científica es también criticada por el hecho de pretender elaborar una ciencia sin presentar comprobaciones científicas de sus proposiciones y principios. El método utilizado por Taylor es un método empírico y concreto donde el conocimiento se alcanza por la evidencia y no por la abstracción: se basa en datos aislados observables por el analista de tiempos y movimientos.

5. Enfoque incompleto de la organización: para muchos autores la administración científica es incompleta, parcial e inacabada, por restringirse apenas a los aspectos formales de la organización omitiendo completamente la organización informal y principalmente, los aspectos humanos de la organización. También interacciones entre muchas variables críticas, como el compromiso personal y la orientación profesional de los miembros de la organización, el conflicto entre los objetivos individuales y los objetivos organizacionales, etc.

6. Limitación del campo de aplicación: Sus principios y métodos carecen de una complementación más amplia, pues Taylor encara el problema de la organización racional del trabajo, partiendo de un punto limitado y específico en la empresa, lo cual fatalmente limita y restringe su enfoque, ya que no considera con mayor detalle los demás aspectos de la vida de una empresa, tales como los financieros y comerciales, entre otros. .

7. Enfoque prescriptivo y normativo: La administración científica se caracteriza por la preocupación en establecer y prescribir principios normativos que deben ser aplicados como una receta en determinadas circunstancias, para que el administrador pueda tener éxito. Busca estandarizar ciertas situaciones para poder patronizar la manera como deberán ser administradas. Es un enfoque dirigido a recetas anticipadas, a soluciones enlatadas y a principios normativos que deben regir el cómo hacer las cosas dentro de las organizaciones. Esa perspectiva muestra a la organización cómo debería funcionar, en lugar de explicar su funcionamiento.

8.Enfoque de sistema cerrado: visualiza las empresas como si existieran en el vacío, o como si fuesen entidades autónomas, absolutas y herméticamente cerradas a cualquier influencia venida de fuera de ellas; se caracteriza por el hecho de visualizar solamente aquello que sucede dentro de una organización, sin tener en cuenta el medio ambiente en que está situada. Es un enfoque de sistema cerrado y su comportamiento es mecánico, previsible y determinístico: sus partes funcionan dentro de una lógica inmodificable. Sin embargo las organizaciones nunca se comportan como sistemas cerrados y no pueden reducirse a sólo algunas pocas variables o a algunos aspectos más importantes.
TEORÍA CLÁSICA DE LA ADMINISTRACIÓN

En 1916 en Francia surgió la teoría clásica, la cual concibe la organización como un estructura. Al igual que la administración científica su objetivo es la búsqueda de la eficiencia de las organizaciones.

Para Fayol, los principales aspectos de la teoría son tratados en: la división del trabajo, autoridad y responsabilidad, unidad de mando, unidad de dirección, centralización y jerarquía o cadena escalar.

OBRA DE FAYOL
Henri Fayol (1841 – 1925) nació en Constantinopla y falleció en parís, se gradúa de Ingeniero de Minas a los 19 años, hizo grandes aportes a los diferentes niveles administrativos, considerado el padre de la Teoría Clásica de la Administración la cual nace de la necesidad de encontrar lineamientos para administrar organizaciones complejas, fue el primero en sistematizar el comportamiento gerencial, establece catorce principios de la administración, dividió las operaciones industriales y comerciales en seis grupos que se denominaron funciones básicas de la empresa, las cuales son:

1. Funciones Técnicas: Relacionadas con la producción de bienes o de servicios de la empresa.

2. Funciones Comerciales: Relacionadas con la compraventa e intercambio.

3. Funciones Financieras: Relacionadas con la búsqueda y gerencia de capitales.

4. Funciones de Seguridad: Relacionadas con la protección y preservación de los bienes de las personas.

5. Funciones Contables: Relacionadas con los inventarios, registros balances, costos y estadísticas.

6. Funciones Administrativas: Relacionadas con la integración de las otras cinco funciones. Las funciones administrativas coordinan y sincronizan las demás funciones de la empresa, siempre encima de ellas.

Argumenta Fayol, que ninguna de las cinco funciones esenciales precedentes tienen la tarea de formular el programa de acción general de la empresa, de constituir su cuerpo social, de coordinar los esfuerzos y de armonizar los actos, esas atribuciones constituyen otra función, designada habitualmente con el nombre de administración.

Para aclarar lo que son las funciones administrativas, Fayol define el acto de administrar como: planear, organizar, dirigir, coordinar y controlar.

Las funciones administrativas engloban los elementos de la administración:

1. Planear: Visualizar el futuro y trazar el programa de acción.
2. Organizar: Construir tanto el organismo material como el social de la empresa.
3. Dirigir: Guiar y orientar al personal.
4. Coordinar: Ligar, unir, armonizar todos los actos y todos los esfuerzos colectivos.
5. Controlar: Verificar que todo suceda de acuerdo con las reglas establecidas y las ordenes dadas.

· Planificación
·
FUNCIONES ADMINISTRATIVASOrganización
· Dirección
· Coordinación
· Control




Estos son los elementos de la administración que constituyen el llamado proceso administrativo y que son localizables en cualquier trabajo de administración en cualquier nivel o área de actividad de la empresa.

Administrativas
Técnicas
FUNCIONESComerciales
Financieras
Contables
De seguridad



Para Fayol, las funciones administrativas difieren claramente de las otras cinco funciones esenciales. Es necesario no confundirlas con la dirección, porque dirigir es conducir la empresa, teniendo en cuenta los fines y buscando obtener las mayores ventajas posibles de todos los recursos de que ella dispone, es asegurar la marcha de las seis funciones esenciales; la administración no es sino una de las seis funciones, cuyo ritmo es asegurado por la dirección.


La ciencia de la administración, como toda ciencia, se debe basar en leyes o principios; Fayol adopta la denominación principio, apartándose de cualquier idea de rigidez, por cuanto nada hay de rígido o absoluto en materia administrativa. Tales principios por lo tanto, son maleables y se adaptan a cualquier circunstancia, tiempo o lugar.


PRINCIPIOS ADMINISTRATIVOS DE FAYOL:

1. División de Trabajo: Cuanto más se especialicen las personas, con mayor eficiencia desempeñarán su oficio. Este principio se ve muy claro en la moderna línea de montaje.

2. Autoridad: Los gerentes tienen que dar órdenes para que se hagan las cosas. Si bien la autoridad formal les da el derecho de mandar, los gerentes no siempre obtendrán obediencia, a menos que tengan también autoridad personal (Liderazgo).

3. Disciplina: Los miembros de una organización tienen que respetar las reglas y convenios que gobiernan la empresa. Esto será el resultado de un buen liderazgo en todos los niveles, de acuerdos equitativos (tales disposiciones para recompensar el rendimiento superior) y sanciones para las infracciones, aplicadas con justicia.

4. Unidad de Dirección: Las operaciones que tienen un mismo objetivo deben ser dirigidas por un solo gerente que use un solo plan.

5. Unidad de Mando: Cada empleado debe recibir instrucciones sobre una operación particular solamente de una persona.

6. Subordinación de interés individual al bien común: En cualquier empresa el interés de los empleados no debe tener prelación sobre los intereses de la organización como un todo.

7. Remuneración: La compensación por el trabajo debe ser equitativa para los empleados como para los patronos.

8. Centralización: Fayol creía que los gerentes deben conservar la responsabilidad final pero también necesitan dar a sus subalternos autoridad suficiente para que puedan realizar adecuadamente su oficio. El problema consiste en encontrar el mejor grado de centralización en cada caso.

9. Jerarquía: La línea de autoridad en una organización representada hoy generalmente por cuadros y líneas de un organigrama pasa en orden de rangos desde la alta gerencia hasta los niveles más bajos de la empresa.

10. Orden: Los materiales y las personas deben estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. En particular, cada individuo debe ocupar el cargo o posición más adecuados para él.

11. Equidad: Los administradores deben ser amistosos y equitativos con sus subalternos.

12. Estabilidad del personal: Una alta tasa de rotación del personal no es conveniente para el eficiente funcionamiento de una organización.

13. Iniciativa: Debe darse a los subalternos libertad para concebir y llevar a cabo sus planes, aún cuando a veces se comentan errores.

14. Espíritu de equipo: Promover el espíritu de equipo dará a la organización un sentido de unidad. Fayol recomendaba por ejemplo, el empleo de la comunicación verbal en lugar de la comunicación formal por escrito, siempre que fuera posible.

TEORIA DE LA ORGANIZACION

1. La administración como ciencia: todos los autores de la teoría clásica afirman unánimemente que se debe estudiar y tratar la organización y la administración científicamente, sustituyendo el empirismo y la improvisación por técnicas científicas. Se pretende elaborar una ciencia de la administración. Fayol ya afirmaba la necesidad de una enseñanza organizada y metódica de la administración, de carácter general para formar mejores administradores, a partir de sus aptitudes y cualidades personales. En su época, esa idea era una novedad, su posición era la de que siendo la administración una ciencia como las demás, su enseñanza en las escuelas y universidades era plenamente posible y necesaria.

2. Teoría de la organización: La teoría clásica concibe la organización como una estructura. La manera de concebir la estructura organizacional está bastante influenciada por las concepciones antiguas de organización (como la organización militar y la eclesiástica) tradicionales, rígidas y jerarquizadas. Para Fayol, la organización abarca solamente el establecimiento de la estructura y de la forma, siendo por lo tanto, estática y limitada. Para Mooney, “la organización es la forma de toda asociación humana para la realización de un fin común. La técnica de la organización puede ser descrita como la técnica de correlacionar actividades específicas o funciones en un todo coordinado”. Para Mooney, como para Fayol y Urwick, la organización militar es el modelo del comportamiento administrativo. Así la preocupación por la estructura y la forma de la organización marca la esencia de la teoría clásica.


ELEMENTOS DE LA ORGANIZACION

Elementos de la Administración para Urwick

Urwick desdobla los elementos de la administración en siete funciones:

1. Investigación
2. Previsión
3. Planeamiento
4. Organización
5. Coordinación
6. Mando
7. Control

Estos elementos o funciones constituyen la base de una buena organización, toda vez que una empresa no puede desarrollarse en torno a personas, sino a su organización.

Elementos de la administración para Gulick

Gulick propone siete elementos como las principales funciones del administrador:

1. Planeamiento (planning): es la tarea de trazar las líneas generales de las cosas que deben ser hechas y los métodos para hacerlas, con el fin de alcanzar los objetivos de la empresa.

2. Organización (organizing): es el establecimiento de la estructura formal de autoridad, a través de la cual las subdivisiones de trabajo son integradas, definidas y coordinadas para el objetivo en cuestión.

3. Asesoría (staffing): prepara y entrena el personal y mantiene condiciones favorables de trabajo.

4. Dirección (directing): tarea continua de tomar decisiones e incorporarlas en órdenes e instrucciones específicas y generales; funciona como líder en la empresa.

5. Coordinación (coordinating): establece relaciones entre las partes del trabajo.

6. Información (reporting): esfuerzo de mantener informados respecto a lo que pasa, aquellos ante quienes el jefe es responsable, esfuerzo que presupone naturalmente la existencia de registros, documentación, investigación e inspecciones.
7. Presupuestación (budgeting): función que incluye todo lo que se dice respecto a la elaboración, ejecución y fiscalización presupuestarias, el plan fiscal, la contabilidad y el control.

PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION

Para los autores clásicos no bastaba simplemente con enunciar los elementos de la administración, era necesario ir más allá, y establecer las condiciones y normas dentro de las cuales las funciones del administrador deberían ser aplicada y desarrolladas. El administrador debe obedecer a ciertas normas o reglas de comportamiento que le permitan desempeñar bien sus funciones de planear, organizar, dirigir, coordinar y controlar. De allí los llamados principios generales de la administración, desarrollados por casi todos los autores clásicos como normas y leyes capaces de resolver los problemas organizacionales.

Principio de Administración para Urwick

Urwick fue un autor que procuró divulgar los puntos de vista de los autores clásicos de su época. A continuación dichos principios:

1. Principio de la especialización: Cada persona debe realizar una sola función en cuanto fuere posible, lo que determina una división especializada del trabajo.

2. Principio de autoridad: debe haber una línea de autoridad claramente definida, conocida y reconocidas por todos desde la cima de la organización hasta cada individuo de base.

3. Principio de Amplitud Administrativa: este principio destaca que cada superior debe tener cierto número de subordinados a su cargo, dicho número dependerá del nivel del cargo y la naturaleza del mismo.

4. Principio de la diferenciación: los deberes, autoridad y responsabilidad de cada cargo y sus relaciones con los otros cargos, deben ser definidos por escrito y comunicadas a todos.

APRECIACION CRITICA DE LA TEORIA CLASICA

1. Enfoque simplificado de la organización formal: todos los demás autores clásicos conciben la organización en términos lógicos, rígidos y formales, sin considerar su contenido psicológico y social con la debida importancia. Se restringe apenas a la organización formal, estableciendo esquemas lógicos preestablecidos, según los cuales toda la organización debe ser construida y a los cuales todos deben obedecer. En este sentido establece, como el administrador debe conducirse en todas las situaciones a través del proceso administrativo y cuales son los principios generales que deben seguir para obtener la máxima eficiencia.

2. Ausencia del Trabajo experimental: los autores de la teoría clásica fundamentan sus conceptos en la observación, y sentido común. Su método era empírico y concreto, basado en la experiencia directa. Dejando de un lado la comprobación científica para las afirmaciones de las teorías.

3. El extremo racionalismo en la concepción de la administración: los autores clásicos se preocupan demasiado por la presentación racional y lógica de sus proposiciones, sacrificando la claridad de sus ideas. El obstruccionismo y formalismo son criticados intensamente por llevar el análisis de la administración a la superficialidad y a la falta de realismo.

4. Teoría de la máquina: los autores modernos denominan la teoría clásica como teoría de la máquina, por el hecho de establecer que en determinadas acciones y causas ocurrirán determinados efectos o consecuencias dentro de alguna correlación razonable.

5. Enfoque incompleto de la organización: la teoría clásica solamente se preocupó por la organización formal, descuidando completamente la organización informal al no considerar el comportamiento humano dentro de la organización. La llamada teoría de la organización formal realmente no ignoraba los problemas humanos de la organización, sin embargo no consiguió dar un tratamiento sistemático a la interacción entre las personalidades y los grupos informales.
BIBLIOGRAFIA
http://www.dii.ude.cl/coliva/fayol.html
CARACAS, 20 DE AGOSTO DE 1.999
Trabajo enviado por:
Carmen María Pelayo
cpelayo@me.gov.ve